LONDRES (AP) — La derrota en la final de la Euro no fue el único tema que puso a reflexionar a un cansado y abatido Gareth Southgate.
Las repercusiones del burdo comportamiento de los aficionados ingleses le resultaron al entrenador, y a todo el país, igualmente dolorosas que la derrota de la noche previa en la final de la Euro 2020 ante Italia.
Multitudes repletas de alcohol entonaron cánticos ofensivos. Aficionados sin boleto superaron las barricadas para ingresar a Wembley. Y los jugadores de raza negra que fallaron tiros de penal durante la tanda decisiva fueron atacados con insultos racistas en redes sociales.
Si bien los jugadores de la selección inglesa han utilizado sus plataformas para proyectar compasión, activismo e inclusión en los últimos meses, esos ideales están lejos de ser adoptados universalmente por alguno aficionados que solo quieren celebrar con ellos cuando les conviene.
“No podemos controlar eso”, dijo Southgate. "Sólo podemos poner el ejemplo que creemos conveniente y representar al país de la manera que creemos que debemos hacerlo cuando estamos representando a Inglaterra.
“Todos tienen que recordar que cuando apoyan a un equipo también están representando a Inglaterra y deberían representar por lo que luchamos”.
Incluso cuando el gobierno les recomendaba a los jugadores abstenerse de “posturas políticas”, siguieron arrodillándose. Cuando el gobierno no criticó a los aficionados por abuchear a sus jugadores, ellos siguieron con su muestra en contra del racismo justo antes del silbatazo inicial, y eventualmente fue implementada por los equipos rivales.
Cuando el gobierno intentó exhibir a los jugadores al inicio de la pandemia a que “hicieran lo que les corresponde” durante la crisis nacional, los jugadores, encabezados por el vice capitán Jordan Henderson se reunieron para hacer donativos al Servicio Nacional de Salud.
Cuando el gobierno se rehusó a extender el suministro de alimentos gratuitos a niños necesitados, fue el delantero de la selección y del Manchester United, Marcus Rashford, quien cabildeó con el primer ministro Boris Johnson hasta que se reinstauró la medida.
Cuando Raheem Sterling se quejó sobre el racismo en la sociedad, incluyendo la representación de los jugadores de raza negra en los titulares noticiosos y la falta de diversidad entre los entrenadores, el atacante del conjunto inglés y del Manchester City despertó conversaciones sobre el dominio de las personas de raza blanca en los puestos más altos del deporte.
La reina Isabel II utilizó las celebraciones con motivo de su cumpleaños el mes pasado para otorgarle la orden del mérito a Sterling por promover la igualdad racial, y Henderson también se convirtió en miembro por sus labores de recaudación de fondos. El capitán del Liverpool incluso utilizó cordones color arcoíris en sus zapatos durante el torneo, en solidaridad con la comunidad LGBT+.
“Tenemos, pienso, un efecto positivo en muchas áreas de la sociedad, pero no podemos influir en todo”, dijo Southgate. “Hemos sido un rayo de esperanza para unir a las personas y que puedan identificarse con el equipo nacional”.