Cómo combatir el "letargo pandémico" y repensar la carrera

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ARCHIVO - Durante la pandemia
ARCHIVO - Durante la pandemia de coronavirus cuesta sostener las ambiciones profesionales. Foto: Franziska Gabbert/dpa

En medio de una pandemia que no cesa, todo se volvió un poco más difícil o incluso importa menos. Este estado de ánimo opaco fue descrito incluso por el diario estadounidense "The New York Times" hace poco como "languishing" (lo que en inglés significa agotado o estancado). Incluso se es indiferente ante la propia indiferencia. Todo funciona con la energía al mínimo. 

Para muchas personas, se hace muy difícil tener ambiciones profesionales en este contexto. ¿Pero no es este el momento de ocuparse de la carrera y avanzar, florecer, justo cuando se está al principio o en medio de la vida laboral?

La psicóloga y asesora laboral alemana Madeleine Leitner recomienda en entrevista con dpa tener un acercamiento realista a esta cuestión.

Pregunta: Señora Leitner, ¿por qué nos cuesta tanto mantenernos motivados durante la pandemia?

Madeleine Leitner: La pandemia de coronavirus se está extendiendo durante un tiempo realmente largo. Desde el punto de vista psicológico, sería más fácil si pudiéramos vislumbrar el final de la crisis. Entonces se podría decir que todavía se aguanta hasta ese punto.

Pero que en los últimos meses haya sido tan difícil planificar cosas, y que aún no sea posible saber cómo seguirán las cosas, hace que la gente sienta realmente un desgaste. Cualquier planificación se vuelve obsoleta. Para que alguien se sienta realmente animado en este contexto tiene que ser de una naturaleza muy alegre.

Pregunta: Qué hacer con el pensamiento de "tendría que hacer avanzar mi carrera profesional"?

Leitner: En líneas generales, detrás de este tipo de pretensiones se esconde un modelo tradional de carrera, casi diría de una visión del mundo, en la que todo debe ir siempre cuesta arriba. Esto ya estaba muy extendido hace 20 o 30 años. La idea de que se puede planificar una carrera de esta forma es en mi opinión un mito.

Si pienso, por ejemplo, en mi actividad como asesora, siempre hubo acontecimientos y crisis que alteraron cualquier planificación. Por ejemplo, con el cambio de milenio y la burbuja de las start-up y la new economy, que estalló. Luego vino la crisis financiera después de quiebra de Lehman, luego la crisis del euro. Esto significa que en los últimos 20 años tuvimos diversos acontecimientos que han impedido el avance de distintos grupos profesionales por un largo tiempo.

Pregunta: Es decir que los jóvenes deberían acostumbrarse a la idea de que no podrán alcanzar siempre rápidamente sus objetivos laborales.

Leitner: ¡Ya todo este tema de los objetivos! Eso estuvo muy de moda durante un largo tiempo en la psicología. Pero es solo una ideología, una forma de pensar. Fijarse objetivos puede ser solo un ladrillo de muchos. Creo que mucha gente se vuelve loca tratando de planificar todo el tiempo hasta el final de su vida.

Se puede probar tranquilamente con tener una orientación, pero si las cosas se dan como uno esperaba, es un lujo. Al mismo tiempo se debería tener al menos un plan B en el bolsillo para tener una alternativa que pueda ser de ayuda en tiempos de crisis.

Pregunta: ¿Qué se puede hacer para combatir esta sensación de decaimiento?

Leitner: Algo muy útil en etapas en las que nada funciona, ya sea porque no se tiene trabajo o se está estancado por otros motivos, es seguir capacitándose, hacer un doctorado, conozco también mujeres que decidieron tener un hijo. Uno también se puede decir: ahora no puedo seguir, entonces hago una pausa y me dedico a pensar bien sobre los planes de vida que me había trazado.

Por supuesto, esto depende mucho también del sector en el que se trabaja. Sigue habiendo determinados sectores en los que el recorrido profesional es más tradicional, en los que si uno está desempleado por un corto tiempo, tiene que ver cómo justificarlo. Conozco a ingenieros para los que lo que hicieron en un momento de crisis y desesperación fue luego difícil de desandar.

Por eso, en los sectores más conservadores hay que tener cuidado de no ser demasiado flexible con lo que se hace en las etapas intermedias. Pero la realidad es que también observé que incluso los ingenieros se han vuelto más flexibles. Más que pensar en un ascenso, se trata cada vez más de determinados proyectos, y esto incluye pausas. En este sentido, las cosas han mejorado.

Otra cosa que observé a lo largo de los años es que cuando hay crisis, todos los ratoncitos se quedan bajo cubierta. Pero en cuanto la economía repunta, salen de sus guaridas y quieren un mejor trabajo. Si es cierto que la economía volverá a florecer pronto, habrá mucho movimiento.

Pregunta: ¿Y qué se puede hacer para salir del letargo hasta que llegue ese momento?

Leitner: Hay situaciones en las que simplemente no se puede cambiar nada más que la propia actitud. Es bueno tener en claro el nivel de energía que se maneja: lo ideal es no hacerse mucha mala sangre por cosas que no se pueden cambiar. Lo mejor es no pensar demasiado lejos en el futuro, sino planificar en base a semanas y días.

Si se está actualmente en un estado letárgico sin hacer nada, primero hay que volver a rearmarse. En vez de proponerse grandes acciones, lo mejor es ir afinando la idea de qué se espera realmente en lo laboral.

La ventaja de la pandemia es que hay mucho tiempo para ello. Si se sabe lo que se quiere y se mantienen los ojos abiertos, es más fácil estar luego listo para dar el salto. Y cuando llegue ese momento y sean posibles más cosas, se podrán sacar del bolsillo todas esas ideas que se fueron juntando.

dpa

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