Selección inglesa de fútbol refuerza la identidad nacional

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LONDRES (AP) — Hannah Kumari es fanática del fútbol desde niña, pero nunca hizo ondear una bandera de Inglaterra. Hasta ahora.

Kumari es una de millones de aficionados y aficionadas que están enloquecidos con la selección inglesa, que el domingo enfrentará a Italia en la final del Campeonato Europeo. Será su primera final de un torneo grande desde 1966, cuando ganó su única Copa Mundial.

Como tantos otros miembros de minorías, tenía una relación ambivalente con los símbolos patrios de Inglaterra.

No obstante, resulta más fácil adoptarlos ahora que Inglaterra tiene una selección joven, con numerosos miembros de origen extranjero, y que está tan cerca de la gloria tras doblegar 2-1 a Dinamarca en las semifinales.

“Cuando me levanté esta mañana, pensé, ‘¿me compro la bandera de St. George y la cuelgo en la ventana?’”, expresó Kumari, nacida en Inglaterra, hija de madre india y padre escocés, al día siguiente del triunfo sobre los daneses.

“Nunca tuve una camiseta de Inglaterra”, agregó esta actriz y escritora. “Pero algo cambió, sin duda. Siento que el equipo me da permiso para lucir una casaca de Inglaterra”.

Las últimas semanas han sido duras para Inglaterra y el resto del Reino Unido. Brexit (la salida de los británicos de la Unión Europea, motivada en parte por la oposición a la inmigración), dejó al país golpeado y dividido. La pandemia del coronavirus, por otro lado, mató a 128.000 personas, el total más alto de Europa occidental.

El Euro 2020 ofrece la posibilidad de descargar toda la ansiedad acumulada, hacer a un lado el aislamiento y disfrutar en grande.

El equipo tiene varios jugadores que condenan el racismo, apoyan una rodilla en el piso antes de los partidos, respaldan el orgullo de la comunidad LGBT, luchan contra la pobreza y, lo que es más importante, ganan partidos.

Por años, la selección deparó solo frustraciones a su afición. El himno futbolístico más popular de Inglaterra, “Three Lions”, lanzado originalmente en 1966, evoca el triunfo en ese mundial y la sequía que le siguió: “Treinta años de dolor, jamás dejamos de soñar”.

Esos 30 años son hoy 55 e Inglaterra nuevamente sueña.

Deposita sus esperanzas en un equipo muy distinto al conjunto totalmente blanco del 66. Un póster creado por el Museo de la Migración mostró lo que quedaría del equipo si incluyese solo jugadores sin padres o abuelos nacidos en el exterior: Contaría con solo tres de los 11 titulares actuales.

No estarían el capitán Harry Kane, cuyo padre es irlandés; Marcus Rashford, hijo de una mujer de Saint Kitts; Raheem Sterling, nacido en Jamaica, ni Buyako Saka, un londinense hijo de nigerianos.

El equipo da más de qué hablar por su responsabilidad social que por sus excesos extrafutbolísticos, como en el pasado. Ese compromiso social lo simboliza Rashford, de 23 años y quien participó en una campaña contra la pobreza infantil que convenció al gobierno de reanudar los almuerzos gratis para miles de niños pobres.

La semana pasada Kane lució una cinta de capitán con los colores del arco iris en una muestra de apoyo a la comunidad LGBT durante el partido contra Alemania.

El éxito de estos jugadores ayuda a que muchos ingleses que no se sentían plenamente aceptados por su país se muestren orgullosos de su nacionalidad.

El patriotismo inglés y la bandera roja y blanca de St. George eran más bien ignorados por los británicos liberales, que asociaban el fútbol con los hooligans y las clases ignorantes. Mucha gente se sentía más británica que inglesa.

Pero el fútbol, el rugby y el cricket han ayudado a cambiar las cosas. Una creciente presencia de banderas y símbolos de Gales y Escocia, que han ganado cierta autonomía política en los últimos tiempos, hizo que los ingleses reconsiderasen su identidad.

“Ha habido un enorme vuelco intergeneracional hacia una identidad inglesa cívica e inclusiva que rebasa las divisiones étnicas y religiosas”, manifestó Sunder Katwala, director del centro de estudios sobre igualdad British Future. “La mayoría de los inmigrantes de Gran Bretaña no se identifican con los ingleses, pero sus hijos sí”.

Katwala opinó que el deporte no impulsa los cambios sociales, pero “ratifica lo que sucede en la sociedad”.

No todo el mundo piensa que el fútbol representa lo mejor de Inglaterra. Algunos comentaristas conservadores critican a los jugadores que defienden causas, que han sido abucheados por parte del público cuando apoyan una rodilla en el piso para protestar contra el racismo.

Hay quienes recomiendan a los políticos que sigan el ejemplo del técnico de la selección Gareth Southgate, que convocó a muchos jóvenes y armó el mejor equipo inglés en años.

El parlamentario laborista, de oposición, Thangam Debbonaire sugirió al primer ministro Boris Johnson, conservador, que estudie “la escuela de liderazgo de Gareth Southgate”.

En una carta abierta que difundió antes del torneo, Southgate dijo que no pediría a sus jugadores que “se enfoquen solo en el fútbol” y dejen de lado sus preocupaciones sociales.

“Tengo una responsabilidad para con la comunidad de usar mi voz, y también la tienen los jugadores”, expresó el técnico. “Está claro que nos encaminamos a una sociedad mucho más tolerante y comprensiva, y sé que nuestros muchachos serán parte de ella”.

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