HRW acusa a los talibán del desplazamiento de civiles y el incendio de viviendas en el norte de Afganistán
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Las delegaciones de los talibán y un grupo de políticos afganos han destacado este jueves tras un proceso de conversaciones medidas por Irán que "la guerra no es la solución a la crisis en Afganistán", en medio de un repunte de los combates y ante los avances territoriales de los insurgentes durante los últimos meses.
En un comunicado conjunto tras dos jornadas de reuniones, las delegaciones han dicho que "ambas partes están de acuerdo en que la continuación de la guerra civil es peligrosa y que dañará la situación de Afganistán", antes de abogar por "hacer todos los esfuerzos para lograr una solución política y pacífica".
Asimismo, han dado las gracias a Irán por sus "esfuerzos y buena voluntad" y han hecho hincapié en que las conversaciones "han tenido lugar en una atmósfera cordial y todos los problemas han sido discutidos en detalle y de forma explícita", según ha informado la agencia iraní de noticias Mehr.
"Algunos asuntos clave, como una paz permanente, un sistema islámico acordado y cómo lograrlo serán discutidas durante el próximo encuentro, que tendrá lugar lo antes posible", han manifestado, antes de condenar los ataques contra edificios civiles e instituciones públicas.
En los encuentros ha participado una la delegación de los talibán que viajó a Irán desde Qatar, donde el grupo cuenta con su oficina política, y un grupo de políticos afganos encabezados por el exvicepresidente Yunusu Qanuni, tal y como ha recogido la cadena de televisión afgana Tolo TV.
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, resaltó el miércoles que "lo que Irán está intentando hacer o está en el proceso de hacer acogiendo esta reunión podría ser constructivo", si bien manifestó que no es algo que Washington haya "discutido" con Teherán.
"Desde hace demasiado, muchos vecinos de Afganistán han estado contentos viendo cómo Estados Unidos estaba implicado, en solitario. Si tiene que haber un acuerdo justo y duradero y un alto el fuego total, ha de ser apoyado por los países vecinos, y esperamos que actúen de forma responsable", zanjó.
Durante la jornada de este jueves han continuado los combates entre las fuerzas de seguridad y los talibán en la ciudad de Qala-e-Nau, capital de la provincia de Badghis (norte), ante la ofensiva lanzada el miércoles por los insurgentes en la zona.
Fuentes citadas por Tolo TV han resaltado que los combates se centran en los alrededores de la sede de la Policía, la sede de los servicios de Inteligencia y una base militar, después de que el gobernador provincial, Hosamudín Shams, indicara el miércoles que la ofensiva había sido repelida.
El propio Shams afirmó el miércoles que los talibán se habían hecho con el control de todos los distritos de provincia y habían irrumpido en la ciudad, después de que funcionarios y decenas de miembros de las fuerzas de seguridad se unieran el martes a los insurgentes ante sus avances territoriales.
Los avances en los talibán tienen lugar a pesar de las conversaciones de paz con el Gobierno afgano en Doha y en medio del repliegue de tropas internacionales, que deberá concluir el 11 de septiembre, lo que ha generado dudas sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad afganas de hacer frente a los insurgentes.
DESPLAZAMIENTO FORZOSO DE CIVILES
Por su parte, la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que las ofensivas de los talibán en el norte del país han provocado el desplazamiento forzoso de civiles, antes de acusar a los insurgentes de incendiar viviendas de personas que supuestamente cooperaban con el Gobierno afgano.
Residentes del distrito de Baq-e-Sherkat, en la provincia de Kunduz, han indicado que entre el 21 y el 25 de junio, los talibán ordenaron a los civiles que se fueran de sus casas y amenazaron a los que presuntamente habían dado apoyo a las autoridades, tras lo que saquearon e incendiaron viviendas.
El grupo afirmó posteriormente que ordenaron a la gente irse "por su propia seguridad" y negaron cualquier responsabilidad en los saqueos, pese a lo que Patricia Gossman, directora asociada de HRW para Asia, ha sostenido que "los ataques vengativos de los talibán contra civiles que podrían haber apoyado al Gobierno son una amenazante advertencia sobre el riesgo de futuras atrocidades".
"La cúpula de los talibán tiene el poder de detener estos abusos por parte de sus fuerzas, pero no ha mostrado que tenga voluntad de hacerlo", ha destacado, después de que cerca de 400 familias tuvieran que abandonar sus casas en dos horas en Baq-e-Sherkat tras las amenazas de los talibán.
Sirajudín, un líder local, ha relatado a HRW que se escondió tras la llegada de los talibán debido a que en 2015, cuando los insurgentes tomaron Kunduz durante dos semanas, el Ejército le ordenó organizar la entrega de alimentos a soldados que combatían contra el grupo.
"Recogimos comida y dinero para los soldados. Ahora los talibán dicen que tengo que irme porque apoyé al Ejército", ha dicho. "Mi familia se fue de nuestra casa y la quemaron con todo dentro", ha subrayado, mientras que otros residentes han denunciado que al menos dos civiles fueron asesinados por los talibán por sus presuntos lazos con el Ejecutivo.
Una residente de 45 años ha señalado que los milicianos fueron puerta por puerta para inspeccionar las casas. "Les dije: 'Soy una viuda. ¿Por qué buscáis aquí?', y me dijeron que tenía que irme porque había ayudado a 'los infieles'", ha manifestado. "Viví en esa aldea 20 años. Ahora estoy en Faizabad viviendo en una tienda de campaña", ha lamentado.
Por su parte, una mujer de 24 años ha dicho que los talibán entraron en su vivienda tras acusar a su familia de apoyar al Gobierno. "Apoyamos al Gobierno y nos dejaron con los talibán. Los talibán han quemado nuestras casas. Tenemos mucho miedo, ambas partes nos fuerzan a ayudarles. Somos gente pobre, no tenemos elección", ha explicado.
Por ello, Gossman ha argüido que "los ciclos de venganza han alimentado asesinatos atroces en el pasado, particularmente en el norte de Afganistán". "Los talibán deben poner fin a todos los ataques contra los civiles y la ONU y los gobiernos que buscan impulsar el reinicio de las negociaciones de paz deben presionarles a ello", ha remachado.