Centenares de mujeres se manifestaron este martes en el noreste de Siria, bajo control kurdo, para denunciar los "crímenes de honor" y la violencia que padecen, tras los asesinatos de dos adolescentes por allegados o familiares suyos.
Con banderas de una asociación feminista kurda, algunas manifestantes lucieron por las calles de Hasake camisetas con el lema estampado "No a la violencia", observó un periodista de la AFP.
Las participantes se concentraron frente al domicilio de una adolescente de 16 años a la que su padre había matado la víspera, según testimonios locales que la AFP no pudo confirmar con fuentes oficiales.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), la víctima habría sido estrangulada por su padre, que la mantenía encerrada después de que hubiera sido violada, hace más de un año.
"Condenamos esos actos cometidos en nombre de las tradiciones o de la religión, o para 'lavar la vergüenza'", criticó Evin Basho, activista de la asociación feminista Kongra Star.
"Nuestra concentración frente a la casa de esta última víctima es una concentración contra todas las familias que se arrogan el derecho de privar a una mujer de su libertad", agregó.
La semana pasada, el asesinato de otra adolescente por parte de allegados suyos, del que informaron los medios, provocó una gran conmoción.
El OSDH aseguró que el asesinato fue perpetrado por varios hombres armados, que pertenecían a la tribu de la joven, después de que esta hubiera intentado huir con su pareja.
Las autoridades kurdas consideran delito los "crímenes de honor" y el Parlamento sirio abolió en 2020 un artículo jurídico que permitía una reducción de las penas para los autores de ese tipo de asesinato.
Pero las comunidades tribales y los entornos rurales continúan regidos por tradiciones conservadoras, muy a menudo en detrimento de las mujeres, confrontadas a una drástica limitación de sus libertades, a la violencia doméstica y a los matrimonios precoces.
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