Algunas zonas del distrito de los lagos de Masuria suelen estar superpobladas en la temporada alta del verano europeo. Pero los turistas siempre pueden hallar en esta región del noreste de Polonia numerosos rincones bellos y solitarios. "¡Nunca más vacaciones en un barco!" Tras cuatro días de lluvia y una fallida maniobra para atracar, mientras los vecinos se ríen en el embarcadero, puede escaparse ese juramento. No reina el mejor clima a bordo. Pero luego siguen un relajado baño en el lago, tirar el ancla y tomar una pausa en una bahía solitaria, la puesta del sol en la marina y un lucio perfectamente asado para la cena en el restaurante junto al lago. Y el mundo entonces ya luce distinto. La elección del destino de vacaciones fue más que acertada. El destino es Masuria, más exactamente el distrito de los lagos ubicado en el noreste de Polonia. La región atrae con sus casi 3.000 lagos. Muchos de ellos son pequeños y están escondidos, pero también hay docenas de grandes lagos, interconectados por canales. Es un lugar ideal para pasar las vacaciones a bordo de un yate de alquiler, incluso para quienes poco saben de barcos y de navegar. EL BARCO ES TAMBIÉN APTO PARA AFICIONADOS El yate Nautika 830, fabricado en astilleros polacos, alquilado por 14 días, puede ser conducido sin licencia luego de recibir una breve instrucción. La bondadosa embarcación mide 8,30 metros de eslora, tiene un motor fuera de borda de 25 caballos, con el que se pueden hacer pocos estragos, y un calado de apenas medio metro. El yate, que lleva el nombre "Czolem" (hola), posee además una hélice en la proa que le permite virar en el lugar, algo que facilita mucho el atraque en el puerto. La tripulación zarpa alegremente sobre su nuevo hogar flotante. La travesía comienza en el norte, en Wegorzewo, la antigua Angerburgo. El destino es el lago Sniardwy, en el sur. La flora y la fauna es rica en la zona. En ningún otro lado de Europa viven más cigueñas y cisnes que allí. Las zonas de juncos es el hogar de innumerables águilas de cola blanca y águilas pescadoras. En los bosques se pueden hallar lobos, linces, bisontes e incluso alces. Los turistas pueden visitar pueblos soñados con antiguos castillos y avenidas, ver campos de colza con flores amarillas y praderas con rojas amapolas en sus bordes. Un paisaje de cuento, que se quedó en el tiempo y donde la prisa parece ser una palabra extraña. Al menos en temporada baja, porque cada vez más turistas viajan a Masuria en verano y ponen en jaque a la naturaleza. Hoteles, pensiones y campings suelen estar completos. Algunos centros turísticos, como Mikolajki y Gizycko, lucen un poco como el lago di Garda en Italia, donde miles de personas pasean por la costanera, se agolpan en bares y cafés y compran souvenirs fabricados en China. Esto vale también para la localidad de Sztynort, en la que se encuentra el mayor puerto deportivo de Polonia, que ofrece amarras para 400 barcos. Los capitanes inexpertos suelen causar algunas carambolas en las marinas. Largas filas en las instalaciones sanitarias, mucho tiempo de espera para comer en el restaurante con autoservicio, que además es bastante caro. Y por la noche cuesta pegar un ojo si se tiene vecinos ruidosos y bebedores de vodka. HAY LUGARES TRANQUILOS POR TODAS PARTES Por suerte, hay otras maneras de vacacionar en la región. En Pjotr, cerca de Wygryny, el "Czolem" encuentra un lugar tranquilo en un muelle solitario. No se ve ningún restaurante en la zona, por lo que no queda otra que cocinar unos fideos en la cocina a bordo y preparar un Aperol Spritz para disfrutar la puesta del sol. La tripulación alimenta a los patos de la zona y observa en silencio a las gaviotas sobre el barco. Y entonces sí se disfruta esa verdadera sensación de vacaciones. Así es como se imaginaba Masuria y así es, de hecho, como se puede aún experimentar a menudo la región. Los turistas se encuentran en todas partes con personas agradables y siempre dispuestas a ayudar. También pueden salir a comer platos refinados, como lucios y percas recién pescados, o contundentes platos típicos polacos como bigos con col, carne y embutidos. La región también puede explorarse por tierra. Algunos grupos de turistas recorren Masuria en bicicleta, de punta a punta. Y allí donde se encuentren ambos estilos de turistas se discutirá vehementemente si es más lindo ir de vacaciones en barco o en bicicleta. Los que viajan por agua son naturalmente partidarios del barco, aunque solo porque a la noche no les duelen las nalgas ni las pantorrillas. Se puede viajar a Masuria en auto o a través de la red ferroviaria, que está bien desarrollada. Si se va en avión a Varsovia, muchos hoteles y agencias de viajes ofrecen servicios de transporte a la región de los lagos. Los barcos se pueden alquilar en línea antes de viajar, aunque rentarlos directamente a operadores polacos puede ser un poco más económico. El alquiler de un Nautika 830 durante siete días en la temporada alta cuesta unos 800 euros (unos 950 dólares). dpa