Por Diego Oré
CIUDAD DE MÉXICO, 5 jul (Reuters) - El segundo viernes de junio, una muchedumbre se abalanzó a la puerta lateral del Palacio Nacional en Ciudad de México para agradecer con mariachis, rosas blancas y un pastel, al subsecretario de Salud por su manejo de la pandemia del coronavirus, que ha dejado más de 233,000 fallecidos en el país.
El tiempo decidirá si la celebración fue precipitada. Esa misma semana, mientras autoridades continuaban relajando las restricciones y anunciaban la reapertura de escuelas y el incremento del aforo en restaurantes, cines y estadios, los casos de COVID-19 se dispararon en algunas zonas del país.
En la primera semana de junio los casos de coronavirus en México sumaron 16,495. Tres semanas más tarde, las infecciones subieron en un 64%, según cifras oficiales preliminares.
"Definitivamente ya se puede hablar de un nuevo repunte", dijo a Reuters Laurie Ximénez-Fyvie, profesora e investigadora principal del laboratorio de genética molecular de la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). "Ahora mismo está focalizado en las áreas costeras y en Ciudad de México".
"La velocidad en el ascenso en muchos sitios (...) es tan acelerada que, potencialmente, es una situación que se podría volver catastrófica", agregó la autora del libro "Un daño irreparable, la criminal gestión de la pandemia en México" comparando la situación con países como Chile, que, a pesar de haber vacunado a gran parte de su población, ha visto rebrotes.
En Baja California Sur, el estado que alberga conocidos destinos de playa como Los Cabos, las infecciones pasaron de 369 durante la segunda semana de mayo a 1,721 en la segunda semana de junio; un incremento del 366%, según cifras preliminares.
Los casos diarios en el estado han superado a los reportados a principios del año, durante la peor etapa de la pandemia en el país y, hoy, el estado cuenta hasta 400 cada día. Además, Baja California Sur se ha convertido en la segunda entidad con más casos activos de México, sólo superada por Ciudad de México.
Pero con la población de la tercera edad casi totalmente vacunada, las muertes y hospitalizaciones se han mantenido bajas y el Gobierno sigue cautelosamente optimista. El incremento de infecciones se está concentrando en la población joven y, por ahora, la variante Delta no se ha masificado por México.
El objetivo de la administración de Andrés Manuel López Obrador es vacunar, con al menos una dosis, a los mayores de 18 hasta octubre para evitar lo que sucedió en Brasil, que no ha podido domar la pandemia desde fines de 2020, o India, que vivió en mayo su peor crisis sanitaria producto del virus.
Para el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, la tendencia en todo el país aún era descendente y está siendo contenida por el avance en la vacunación, que alcanza al 24% de los 126 millones de mexicanos con al menos una dosis.
"Por momentos hemos tenido algunos repuntes, pero la tendencia general se ha mantenido a la baja", dijo en junio.
TURISMO Y HURACANES, UN RIESGO
Al menos un tercio de las 32 entidades del país ha sufrido un incremento de casos desde el 1 de junio, la mayoría focalizados en las zonas costeras preferidas por turistas.
México es uno de los pocos países en el mundo que no piden una prueba negativa de COVID-19 a quienes quieran ingresar en su territorio. Por ello, se ha convertido en un destino predilecto para los viajantes, especialmente de Estados Unidos.
Con el inicio del verano boreal, autoridades esperan que las llegadas de visitantes sigan incrementándose para recuperar uno de los motores de su economía.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió la semana pasada que la reactivación del turismo y la temporada de huracanes podrían agravar los casos de COVID-19 por la mayor movilidad y la imposibilidad para cumplir con el distanciamiento social y ventilación adecuada durante una tormenta.
"El riesgo aumenta, cada vez más, para la gente no vacunada, y la gente no vacunada, sobre todo, son grupos de jóvenes", dijo Alejandro Macías, un infectólogo responsable de la estrategia mexicana durante la pandemia de la gripe AH1N1 de 2009 y 2010.
Detrás de la populosa Ciudad de México, Baja California Sur se ha convertido en el segundo estado con mayor cantidad de casos confirmados por cada 100,000 personas en todo el país. Además, de la tercera semana de mayo a la tercera de junio, las defunciones crecieron en un 25% en el estado.
En Los Cabos, el municipio más austral de la península, apenas el 10% de las camas está disponible y, a diferencia de meses anteriores, ha aumentado la letalidad del virus entre los jóvenes de 20 a 44 años, según cifras de salud estatales.
Pese al incremento de contagiados, el Gobierno casi no ha aplicado restricciones de movilidad o aforo y se está concentrando en reactivar la economía y acelerar la vacunación en los municipios aledaños a Estados Unidos, en busca de convencer a su vecino de reabrir la frontera común.
VARIANTE DELTA, VACUNAS CHINAS
La variante Delta, que tiene en vilo al mundo, se ha identificado en al menos un tercio de los estados mexicanos y en Baja California Sur y Ciudad de México se ha convertido en la variante preponderante, según el Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica, integrado por instituciones académicas y gubernamentales del país.
Esta versión del virus, encontrada por primera vez en la India en octubre, es más resistente a las vacunas que la variante Alfa y también tiene un mayor riesgo de provocar hospitalizaciones, según un estudio publicado a mediados de junio por la prestigiosa revista médica británica The Lancet.
Para López-Gatell, sin embargo, ninguna de las conocidas como "variantes de preocupación", incluida la Delta, tiene mayor posibilidad de generar la enfermedad grave y la evidencia científica "es todavía controversial" para asegurar que esta mutación del virus pueda ser más transmisible.
Ximénez-Fyvie sostuvo que, con el tiempo, Delta podría convertirse en la variante predominante en el país. Ello, aunado al uso de vacunas chinas -menos efectivas que sus pares-, dijo, podría complicar la lucha contra la pandemia en México.
La inyección de Sinovac tiene un porcentaje de eficacia del 51% para prevenir la enfermedad sintomática, mientras que la de Cansino lo hace en un 65%, muy por debajo del 91% de Pfizer o del 94% de eficacia de Moderna. México planea vacunar al 35% de su población con inyecciones chinas.
Otros países con mayores índices de vacunación que México -como Chile, Reino Unido o Portugal- han sufrido recientes brotes que los obligaron a estudiar medidas estrictas de confinamiento.
"Si Uruguay y Chile, que han vacunado a alrededor del 60% de su población, no pueden detener el repunte, ¿por qué podríamos nosotros con el 20%?, se preguntó Ximénez-Fyvie.
(Reporte de Diego Oré; Editado por Ana Isabel Martínez)