Un grupo de defensores de los derechos de los animales protestó este jueves contra la subasta de jabalíes capturados en una de las residencias de verano de la presidencia de la República Italiana.
La tradicional captura de jabalíes en la finca de Castelporziano, a las afueras de Roma, suele comenzar todos los 1 de agosto.
En promedio se capturan 852 jabalíes, según el secretario general de la presidencia, quien confirmó el mes pasado la realización de la tradicional subasta.
Sin embargo, la Organización Internacional para la Protección Animal (OIPA) lamentó en un comunicado la venta de ese animal salvaje, que tildó de "poca ética al tratar a los animales como meros objetos".
Los jabalíes, que se han multiplicado notablemente en los últimos años, se han convertido en un problema ya que de los bosques se han trasladado a los suburbios de Roma, particularmente atraídos por las basuras que desbordan.
En la finca de Castelporziano, que se extiende por más de 60 km2 a lo largo de la costa romana, los jabalíes serán vendidos vivos.
En Italia existe una pasión gastrónomica por la carne de jabalí por lo que en la subasta pueden participar sólo ganaderos expertos en la elaboración de esas carnes.
El precio promedio es de 110 euros (130 dólares) por jabalí adulto, 60 euros (71 dólares) por jabalí joven, según el secretario general de la presidencia.
Los animales adquiridos "pasan luego a los mataderos para que terminen en un plato", lamentó OIPA, que considera "triste" el final de esos animales salvajes.
"Le pedimos al presidente Sergio Mattarella que ponga fin a la subasta", aseguró la portavoz de OIPA, Rita Corboli, quien pidió que se implemente un programa de esterilización para controlar la población de jabalíes.
Según Coldiretti, el principal sindicato agrícola, Italia tiene alrededor de dos millones de jabalíes, que, según dice, son responsables de grandes daños a los cultivos y accidentes de tráfico.
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