Madrid, 29 jun (EFE).- El diestro español Enrique Ponce, que ayer comunicó su decisión de retirarse del toreo activo por tiempo indefinido, se sitúa entre las figuras más duraderas de la historia, con treinta y una temporadas consecutivas ejerciendo como matador de alternativa y siempre en lo más alto del escalafón.
De los toreros que se han mantenido durante más años seguidos en activo, sin retiradas ni pausas, Ponce ocupa el cuarto puesto, después del mexicano Eloy Cavazos, que se retiró en 2008 tras 42 temporadas, del español Curro Romero, con 41, desde su alternativa en 1959 a su última corrida en septiembre de 2000, y de Luis Francisco Esplá, que alcanzó 33 campañas ininterrumpidas.
En cuanto al número de festejos toreados en todos esos años de actividad ininterrumpida, la cifra más alta, aunque difícil de determinar con exactitud, la ostenta también Cavazos, aunque en este caso sí es Ponce quien le va a la zaga, una vez superados con creces los 2.000 paseíllos.
Con todo, esas 31 temporadas sin descanso que tiene en su palmarés le han llevado a superar a diestros tan legendarios como el español Rafael Molina "Lagartijo", que toreó durante 28 años seguidos en el siglo XIX, o el propio Antonio Bienvenida, que registró esa misma marca, solo que divida en dos etapas tras su primera retirada en 1966.
No obstante, retirado a sus 49 años de edad, Enrique Ponce no es ni de lejos el torero más longevo que haya vestido el traje de luces, pues si Cavazos se mantuvo en activo hasta los 59, Rafael de Paula llegó a torear con 60 y Curro Romero con 66, y aún los supera Antoñete, que sufrió un episodio cardíaco mientras toreaba la que fue su última corrida, con 69 años recién cumplidos.
Han sido muchos espadas de la historia que han toreado con más de 50 años, entre ellos los citados Cavazos y Esplá, pero muchos menos los que han conseguido hacerlo a partir de los 70, como Carlos Escolar "Frascuelo", que a sus 72 aún no se ha retirado; el legendario Pedro Romero, que con 77 estoqueó un toro ante Isabel II antes de ser reina, o incluso Andrés Vázquez, que en 2012 mató un novillo de Victorino Martín para celebrar su ochenta aniversario.