Bruselas, 24 jun (EFE).- El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, advirtió este jueves en Bruselas que la falta de fe en el futuro es una "bomba de relojería" en el proyecto común que representa la Unión Europea, e instó a combatir esta situación.
Sánchez lanzó esta advertencia en su intervención en el acto organizado por el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic sobre las prospectivas para España en 2050.
Sefcovic asistió junto a Sánchez en Madrid el pasado 20 de mayo a la presentación del informe "España 2050", realizado por un centenar de expertos y que fija objetivos y prioridades para ese horizonte temporal.
El vicepresidente de la Comisión elogió entonces la iniciativa e invitó a Sánchez a presentar el documento en Bruselas al tiempo que resaltaba la importancia de dar respuesta en Europa a los retos desde la unidad y la solidaridad.
En el acto en la capital belga, el presidente del Gobierno defendió hacer una prospectiva de país para dentro de tres décadas porque considera que la previsión debe desempeñar un papel clave en la formulación de las políticas de la Unión Europea en los próximos años.
"Debemos realizar una visión compartida de dónde queremos estar dentro de 30 años y luego construir juntos una hoja de ruta para alcanzar ese objetivo, y la prospectiva es la herramienta perfecta para lograrlo", explicó.
A su juicio, no se trata sólo de planificar el futuro, sino de creer en él.
Resaltó Sánchez que las encuestas revelan que la mayoría de los europeos creen que sus condiciones socioeconómicas empeorarán en las próximas décadas y que las generaciones más jóvenes tendrán una vida peor que la de sus padres.
"Para mí -dijo- ésta es la mayor amenaza, no sólo para mi país, sino también para la Unión Europea".
En esa línea, subrayó: "esta falta de fe, no en el futuro de la UE como proyecto político, sino en el futuro en general, es una bomba de relojería colocada en el corazón de nuestras democracias y de nuestro proyecto común, que es la Unión Europea".
Eso cree que está debilitando la cohesión social, perjudicando el crecimiento económico y alimentando la pérdida de confianza en las instituciones.
"Tenemos que luchar contra esto no sólo porque es nuestro deber como funcionarios públicos, como políticos, sino porque es un hecho incorrecto", recalcó.
Tras resaltar que la UE se sitúa a la cabeza de la mayoría de los indicadores de bienestar, movilidad social, derechos civiles y fortaleza institucional del mundo, animó a hacer un cambio estructural en la transición verde, la digitalización, la cohesión social, la cohesión territorial y la igualdad entre mujeres y hombres.
"Tenemos que volver a poner de moda el optimismo, no sólo porque es lo que necesitan nuestros ciudadanos, especialmente en estos días tan complejos de pandemia, sino porque el progreso es lo que hace la Unión Europea", añadió.