MÚNICH (AP) — Tanto Alemania como Hungría quieren evitar una eliminación prematura en el Campeonato Europeo.
Los húngaros necesitan ganar imperiosamente cuando los equipos se midan el miércoles, los alemanes no.
El partido se juega en medio del furor desatado por el pedido de iluminar al estadio de Múnich con los colores de la bandera arcoiris, como protesta del gobierno de la ciudad alemana tras la aprobación en Hungría de una ley considerada como discriminatoria para la comunidad LGBT.
La UEFA rechazó el pedido del ayuntamiento de Múnich. El ente rector del fútbol europeo previamente dio el visto bueno para que el arquero alemán Manuel Neuer siga luciendo el brazalete de capitán con lo colores del arcoris.
Será el primer partido oficial entre Alemania y Hungría desde el “Milagro de Berna” en la final del Mundial de 1954, cuando Alemania Occidental remontó para vencer 3-2 a una Hungría que en ese momento era considerada como la mejor selección del mundo.
El actual plantel húngaro, bajo la dirección de Marco Rossi, no puede ser comparado a los “Magiares Mágicos” de Ferenc Puskás y compañía. Pero se presentan con posibilidades de acceder a los octavos de final luego que el zaguero Attila Fiola anotó para sustraerle un empate 1-1 al campeón mundial Francia.
Hungría perdió 3-0 en el debut ante Portugal, claudicando con una ráfaga de goles en la recta final. Alemania se recuperó de la derrota 1-0 ante Francia en la primera jornada imponiéndose 4-2 contra Portugal.
Francia lidera el Grupo F con cuatro puntos y cerrará contra Portugal en Budapest. Portugueses y alemanes suman tres unidades, y los húngaros cierran con uno.
“Nos tocó el grupo más fuerte y Hungría es parte del mismo", dijo el volante alemán Leon Goretzka. “Si uno analiza sus dos partidos, estuvieron fenomenales contra Portugal. Se defendieron muy bien durante casi todo el trámite”.
Goretzka podría ser titular por primera vez en el torneo, pero el técnico Joachim Löw tiene a un par de figuras importantes entre algodones. El delantero Thomas Müller está en duda por una dolencia en la rodilla sufrida en la victoria contra Portugal y el zaguero Mats Hummels arrastra molestias en un tendón de la rodilla. Ambos volvieron a una convocatoria para este torneo por su experiencia y se han destacado.
Hungría tendrá que salir a jugar con una afición en su contra por primera vez. Sus primeros dos compromisos fueron en Budapest, el único escenario del torneo que ha permitido llenos totales.
“El jugar fuera de casa es una motivación extra", dijo el volante húngaro Ádám Nagy. “Desde luego que jugar de local te motiva, pero también lo haces cuando sales a una cancha ajena y te pitan”.
El capitán húngaro Ádám Szalai, quien tuvo que ser sustituido tras recibir un golpe en la cabeza ante Francia, recibió el visto bueno para jugar.