La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, ha recorrido el país de cara a las elecciones regionales del domingo, y se muestra optimista sobre las posibilidades de que su partido aumente su caudal de votos.
"Hoy estamos en el corazón político del país", dijo recientemente en la localidad de Saint Chamond (sureste de Francia), refiriéndose a su partido Reagrupación Nacional (RN, antiguo Frente Nacional).
"Casi toda la clase política francesa se está posicionando en relación con los temas principales de RN", agregó.
Durante su gira previa a la primera ronda de elecciones regionales el domingo, Le Pen se centró en los temas de seguridad, migración e islamismo.
"No hay un solo lugar seguro. No importa el tamaño del lugar, desde nuestras ciudades hasta pueblos medianos y pequeños (...) enfrentan problemas de inseguridad que se propagan por todas partes", dijo en Saint Chamond.
Crimen y terrorismo han surgido como las principales preocupaciones de los franceses, al declinar la tercera ola de la pandemia del coronavirus.
Esos temas han dominado los titulares de prensa por hechos recientes, como varios ataques mortales a la policía y la decapitación de un profesor en la calle a fines de 2020 a manos de un islamista, un hecho que intensificó el viejo debate sobre integración e islam.
Antes de la aplazada votación regional, que ocurrirá en dos fines de semana consecutivos, Le Pen enfocó su campaña en temas como criminalidad y policía.
Pero su atención está puesta en las elecciones presidenciales de abril y mayo de 2022 que, según las encuestas, podrían volver a enfrentarla al presidente Emmanuel Macron.
Macron ha sido un presidente de "desorden" y "violencia", dice Le Pen frecuentemente, aprovechando cualquier ocasión para atacar a su rival de 43 años.
Ella promete ser "la presidenta que marcará la restauración de la autoridad del Estado".
- Resultado incierto -
La votación regional, en la que se elegirán nuevas asambleas en las 13 regiones y 96 departamentos de Francia, son observadas de cerca como la última prueba electoral antes de las elecciones nacionales.
Pero analistas advierten que los resultados no se puede extrapolar mucho al escenario político nacional, pues suelen ser dominados por dinámicas locales.
Aún así, el resultado inevitablemente marcará la narrativa en las próximas semanas, especialmente en relación con la fuerza de Le Pen y el debilitado partido de Macron, la República en Marcha (LREM).
Hacer proyecciones es difícil debido al complejo sistema electoral de dos etapas, la tasa de abstención que podría alcanzar 60%, y el peso del voto táctico, en el que los partidos tradicionales suelen unirse para impedir una victoria de la extrema derecha.
Una encuesta del grupo Ipsos Sopra Steria reveló el 12 de junio que los candidatos de RN encabezan la intención de votos en seis de las 13 regiones en la primera ronda, pero podrían perder en todas en la segunda vuelta, como ocurrió en 2015.
"Para Marine Le Pen, ganar una región desencadenaría una dinámica en la precampaña presidencial", señala Stéphane Zumsteeg, director del departamento de opinión de Ipsos.
Aunque políticos de extrema derecha gobiernan algunas ciudades y pueblos, y tienen una presencia modesta en el parlamento, sería la primera vez que gobiernan una región, con un presupuesto de miles de millones y poder sobre escuelas, transporte y desarrollo económico.
Una región que podrían ganar es Provenza-Alpes-Costa Azul (sureste), donde el líder de RN es Thierry Mariani, un exministro que en 2019 abandonó el partido Republicanos, de centroderecha.
El partido de Macron podría ganar a lo sumo una región, pero Zumsteeg dice que esto quizás no afecte al presidente, cuyas tasas de aprobación han subido recientemente.
"Macron ha logrado desvincular su suerte de la imagen de su partido", comentó.
Antoine Bristielle, experto en opinión pública de la Fundación Jean Jaures, cree que la elección será un paso más en la normalización de la extrema derecha, que una vez fue considerada marginal.
adp/sjw/mas/mis