El valle de Senales, en Tirol del Sur, es una región ideal para recrear la vida en la Edad de Piedra y seguir las huellas de Ötzi, el "hombre de hielo". El grupo se desplaza a través de la espesura del valle. Todos llevan atuendos primitivos. De pronto, alguien saca una flecha de su aljaba, tensa su arco y le apunta a una figura masculina de color amarillo, cabeza calva y con cara de tonto. El blanco no es nada más y nada menos que Homero Simpson, el personaje de la serie estadounidense que se encuentra de cuclillas entre los abedules. "Es una broma", señala Valentin Müller, quien desde hace una década dirige el curso de tiro al arco en la modalidad 3D en Val Venosta, un valle que se encuentra en la parte occidental de Tirol del Sur y se extiende hasta los Alpes de Ötztal. Müller, de 38 años, no solo enseña a sus pupilos a manejar el arco y la flecha, sino que también explica los métodos de caza de la Edad de Piedra, lo que hace que estos cursos sean especialmente interesantes. sobre todo para una familia con niños. Los pequeños también se entusiasman con aprender a usar el arco y la flecha y son conducidos a través de un terreno que se extiende a lo largo de las laderas del valle de Senales, a una altura de 1.600 metros. Los blancos son figuras tridimensionales que simulan reproducciones de animales a escala real y que están escondidos donde también lo harían en la naturaleza: un lince detrás de un árbol, un ciervo en el bosque y otro que pastorea en un prado que baja hacia el pueblo. Hace unos 5.300 años, en algún lugar entre la aldea y la naturaleza salvaje, se trasladaba probablemente el hombre más famoso de la Edad de Piedra: Ötzi. Hace 30 años, el 19 de septiembre de 1991, unos alpinistas descubrieron el cadáver de la famosa momia helada en el Tisenjoch, en los Alpes de Ötztal, en la frontera entre Austria e Italia. En un principio se pensó que se trataba de un excursionista fallecido en la montaña, pero luego se comprobó que se trataba de un valioso hallazgo arqueológico. Ötzi es la momia más antigua conservada de forma natural en el mundo. Hoy en día el cuerpo del hombre de hielo reposa en Bolzano, en una cámara frigorífica del Museo de Arqueología de Tirol del Sur, a una temperatura constante de seis grados bajo cero. Más de 500 científicos han examinado la momia y sus resultados se presentan en distintas vitrinas. Asimismo, una reconstrucción muestra el aspecto que podría haber tenido Ötzi. "No es tan diferente a como somos ahora nosotros, solo un poco más pequeño", describe una niña al famoso hombre de hielo. La momia del glaciar recibió el nombre del lugar donde fue encontrada en los Alpes de Ötztal. "En realidad debería llamarse Schnalsi", señala Magdalena Alber, que trabaja en el Arqueoparc del Valle de Senales (Schnalstal, en alemán). "Ötzi tenía polen de carpes lupulinos en su cuerpo y éste solo se encontraba al sur de los Alpes, no al norte", explica la experta. Probablemente, Ötzi pasó por el valle de Senales en su última caminata. Por eso, muchas excursiones y actividades turísticas de la región giran hoy en día en torno al hombre de hielo y a la Edad de Piedra. Este es también el caso del museo al aire libre Arqueoparc, que describe el hábitat, la cultura y la vida cotidiana de hace 5.300 años. Las casas de la Edad de Piedra se asoman entre los árboles y el lago. Por su parte, el personal del museo muestra cómo se tejía, se afilaban las piedras o se anudaban finas cuerdas de hierba. Magdalena Alber señala en dirección de los picos de los Alpes de Ötztal que se ven a lo lejos. "Allí está el sitio donde se encontró a Ötzi", comenta. En el verano europeo, entre julio y octubre hay excursiones de un día hacia el glaciar que lleva hasta el Tisenjoch, a 3.210 metros de altura. También se puede subir en un teleférico en Kurzras (Maso Corto), un pueblo ubicado al final del valle de Senales, y en tan solo unos minutos se llega a la cima del glaciar. Desde ahí solo hay que caminar unos minutos hasta el "Iceman Ötzi Peak", un mirador a 3.251 metros. "Ötzi se movía por estas montañas hace 5.300 años", relata el guía Richard Rainer, mientras el grupo goza de la vista a los picos de los Alpes de tres países, Italia, Austria y Suiza. dpa