Bolivia investiga la recepción de armas y munición de guerra y gases lacrimógenos durante el gobierno de la derechista Jeanine Áñez procedentes de Ecuador y si se usaron en los conflictos sociales de 2019, informó este jueves el gobierno.
"Hemos visto que el gobierno ecuatoriano ha prestado gases lacrimógenos al gobierno de Áñez, sin embargo tenemos información extraoficial que también habrían proporcionado municiones de alto calibre, munición de guerra", dijo el ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo.
También "veremos si la normativa legal de Ecuador permitía que [el entonces mandatario] Lenin Moreno saque armamento de guerra para otros países", añadió.
A fines de 2019 se registró una fuerte convulsión en Bolivia. El entonces presidente izquierdista Evo Morales renunció en noviembre, tras 14 años en el poder, y salió exiliado hacia México, mientras la oposición denunció un fraude a su favor en las elecciones de un mes antes.
Le sucedió Áñez, pero tuvo que enfrentar la resistencia de sindicatos y campesinos afines al exgobernante indígena. Ella ordenó a policías y militares salir a las calles para aplacar los desmanes sociales.
La violencia había estallado antes de que Morales dimita, mientras que una investigación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estableció que durante todo el conflicto se registraron al menos 35 muertos.
El ministro Del Castillo evitó entrar en más detalles sobre los envíos ecuatorianos, pues arguyó que están "en la investigación".
La autoridad también mencionó que se pidió a Brasil la extradición de Luis Fernando López, exministro de Defensa de Áñez, involucrado en una compra con sobreprecios de otros lotes de gases lacrimógenos.
López salió de Bolivia, probablemente, días antes de terminar la gestión transitoria de Áñez.
Por ese caso fue detenido e inculpado en Estados Unidos en mayo pasado, otro exministro de Áñez: el de Gobierno, Arturo Murillo.
La administración del izquierdista Luis Arce, delfín político de Morales, maneja el discurso de que en 2019 hubo un "golpe de estado", mientras que la oposición señala que se produjo una rebelión popular contra los planes de Morales de pretender gobernar hasta 2025.
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