Atada a un trabajo que le deja poco tiempo para pensar en fundar una familia, Erica decidió dejar de lado la prohibición de Singapur de congelar sus óvulos con la esperanza de tener niños más tarde recurriendo a un país extranjero donde pueda hacerlo.
Esta ejecutiva del sector publicitario forma parte del creciente número de mujeres de la ciudad Estado del Sudeste Asiático que van al extranjero para congelar sus óvulos.
Las autoridades enfrentan llamados a aligerar la legislación, lo que podría ayudar a relanzar la fertilidad en un país donde los estudios y el éxito social son cruciales, y que conoce una de las tasas de natalidad más bajas en el mundo.
"Es injusto para las mujeres de aquí", dice Erica, que prefiere utilizar un pseudónimo.
"Esto no da a las mujeres de Singapur la oportunidad de concebir cuando tengan más de 40 años, y por eso tienen la sensación de que tienen que hacerlo durante la treintena por miedo a que no les alcance el tiempo", explica la cuadragenaria.
La tasa de fertilidad de Singapur alcanzó su nivel más bajo histórico de 1,1 niños por mujer el año pasado, comparado con la media mundial de 2,4 niños.
Esto pese a varias décadas de políticas de natalidad en las que las autoridades ofrecieron bonos para los nacimientos o tratamientos de fertilidad subvencionadas para las parejas casadas.
Aunque los partidarios de la congelación de óvulos argumentan que esta práctica de podría hacer subir la tasa de fertilidad, las autoridades solo la autorizan en ciertos casos, como cuando una mujer sufre un tratamiento contra el cáncer.
Muchos otros países autorizan este procedimiento sin causas médicas.
Pero en Singapur las normas sociales siguen siendo tradicionales y el gobierno y algunas organizaciones religiosas temen que el congelamiento de ovocitos anime a las mujeres a aplazar el momento del matrimonio y tener hijos.
- "Modos de vida diferentes" -
El procedimiento implica tomar óvulos de una mujer que luego se congelan para ser conservados.
Si una mujer desea un embarazo, sus ovocitos pueden ser descongelados, y luego fertilizados antes de ser reimplantados en su útero.
Como la fertilidad de las mujeres tiende a decrecer a lo largo de sus treinta años, la congelación de óvulos les ofrece la oportunidad de poder hacer niños más tarde si lo desean.
Erica, que no es oriunda de Singapur pero tiene estatuto de residente de la isla, decidió recurrir a ese método a los 36 años tras la separación de su pareja de 6 años.
Viajó a Kuala Lumpur en Malasia unas cinco veces para hacer consultas, obtener inyecciones de hormonas, y que finalmente le extrajeran óvulos en la clínica KL Fertility Centre.
Esta empresa vio crecer el número de singapurenses que vienen para realizar estos procedimientos.
"Hay una demanda importante a causa de la evolución de las dinámicas sociales", indica Helena Lim, doctora del centro.
"Las mujeres tienen más acceso a una educación superior y los modos de vida son diferentes", agregó.
Esta problemática existe también en otros lugares. En muchos países desarrollados, las mujeres eligen aplazar sus maternidades, especialmente para continuar su carrera o por razones financieras.
No hay cifras oficiales sobre este fenómeno, pero Sunfert International, que tiene varias clínicas de fertilidad en Malasia, indicó a la AFP que vieron un alza de 15% anual de las demanda de información antes de la pandemia. Otras singapurenses viajan también a Tailandia o a Australia.
- "Profundamente egoísta" -
Singapur no parece estar listo a cambiar la legislación. El ministerio de Asuntos Sociales y Familiares subrayó el año pasado que "había inquietudes éticas y sociales" sobre esta práctica.
El Consejo nacional de Iglesias de Singapur habló contra "un acto profundamente egoísta" y quisiera que las mujeres fueran por el contrario animadas a concebir más temprano.
Erica está ahora en pareja y espera tener niños próximamente. Tratará primero de concebir naturalmente y recurrirá a óvulos congelados en caso necesario.
El congelamiento de óvulos "da a las mujeres más oportunidades de poder formar una pareja con una persona con las que serán felices".
"Y creo que eso es una buena decisión", dice.
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