Nueva York, 2 jun (EFE).- La inseguridad y el aumento de la violencia armada y de los crímenes de odio coparon este miércoles el segundo debate político de los candidatos demócratas a la alcaldía de Nueva York, que se celebró en persona y sin mascarillas, aunque respetando las distancias de seguridad.
El debate, el último antes de que comience el voto por adelantado el próximo 12 de junio, juntó a los 8 candidatos del Partido Demócrata.
El encuentro no estuvo exento de acusaciones cruzadas y el actual presidente del distrito de Brooklyn, Eric Adams, se convirtió en el principal blanco de los ataques del resto de aspirantes.
Las elecciones primarias demócratas y republicanas a la alcaldía se celebran el próximo 22 de junio (las elecciones a alcalde el 2 de noviembre), pero todos los ojos están puestos en los comicios demócratas, ya que los analistas apuntan que de ahí saldrá muy probablemente el nombre del nuevo alcalde dada la tradición liberal del electorado neoyorquino.
Las encuestas realizadas hasta el momento han favorecido principalmente al empresario y excandidato presidencial Andrew Yang, seguido de Eric Adams, cuya posición parece haberse reforzado recientemente junto a la de Kathryn García, antigua directora del Departamento de Saneamiento.
Otro de los favoritos, el interventor de la ciudad Scott Stringer, que ha perdido apoyos tras las acusaciones vertidas por una mujer de acoso sexual, también tuvo presencia en el encuentro, que se prolongó dos horas.
En una sección del debate, cada candidato podía lanzarle una pregunta a otro aspirante de su elección. Cuatro de ellos intentaron poner entre las cuerdas a Eric Adams, mientras que dos preguntas fueron para Andrew Yang y otras dos para Stringer.
Entre los candidatos, Adams y Yang, los más favorecidos por las encuestas, mostraron las posturas más conservadoras, especialmente en lo referente a la Policía de la ciudad, bajo escrutinio tras el movimiento Back Lives Matter, que estalló hace poco más de un año por todo el país tras el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de un policía en Minesota.
Nueva York, al igual que otras grandes ciudades del país ha sido testigo de un aumento de la violencia y especialmente de los crímenes con armas de fuego desde el estallido de la pandemia de covid-19.
Mientras muchos aspirantes como la exasesora del alcalde Bill de Blasio Maya Wiley, Stringer o la activista Dianne Morales expusieron sus planes de afrontar los problemas de seguridad reduciendo el protagonismo de la policía, Adams y Yang insistieron en la necesidad de aumentar el número de agentes, especialmente en la red de metro de la Gran Manzana.