La mayoría independentista del Parlamento catalán eligió este viernes a Pere Aragonès, representante del sector moderado del movimiento, como nuevo presidente de esta región del noreste de España, escenario de un intento de secesión en 2017.
Este jurista de 38 años y vicepresidente regional en la anterior legislatura fue investido con 74 votos a favor y 61 en contra, tras prometer entablar una negociación con el gobierno español para obtener un referéndum y "culminar" la independencia de esta región, la segunda más rica y poblada de España.
"Este gobierno tiene como objetivo hacer posible culminar la independencia de Cataluña", dijo este viernes durante la segunda jornada de su debate de investidura el presidente más joven de la región.
"Ahora corresponde resolver este conflicto político con el diálogo, la negociación (...) Perseveraremos en una negociación que no será fácil", añadió, marcando como metas el referéndum y la amnistía de los independentistas encarcelados o exiliados tras la fallida secesión de 2017.
Ambas cuestiones han sido descartadas de antemano por el gobierno central del socialista Pedro Sánchez, en minoría en el Congreso y cuya estabilidad parlamentaria depende en parte del partido Izquierda Republicana (ERC) de Aragonès.
Esta histórica formación gobernará Cataluña por primera vez en décadas tras haber arrebatado el liderazgo del independentismo a Juntos por Cataluña (JXC), el partido del ex presidente Carles Puigdemont, protagonista del intento separatista.
Ambas formaciones reeditarán la coalición vigente desde 2015 pero, en esta ocasión, comandada por ERC, que en los últimos años aparcó los planes de ruptura unilateral y se abrió a pactos con Madrid, facilitando incluso la investidura de Sánchez en 2020.
Esto provocó múltiples choques con la formación de Puigdemont, contraria a esta estrategia. Estas diferencias se evidenciaron durante las largas negociaciones para formar gobierno tras las elecciones de febrero y casi provocan una repetición electoral.
En sus acuerdos con JXC y el otro partido independentista que lo apoyó, la anticapitalista CUP, Aragonès se comprometió a revisar esta apuesta en dos años si la negociación no da resultados.
"Diálogo no es decir 'o sale lo que yo quiero o me levanto y me voy'. Esto me parece más un chantaje", le replicó el dirigente de los socialistas en Cataluña, Salvador Illa.
Con 7,8 millones de habitantes, Cataluña lleva una década marcada por el auge del separatismo, que en octubre de 2017 impulsó un referéndum ilegal marcado por la represión policial y proclamó una fallida república independiente.
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