MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha evitado una vez más enzarzarse en un cruce de acusaciones con Marruecos a cuenta de la acogida por motivos humanitarios en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y ha defendido que lo que tiene que hablar el Gobierno con el país vecino prefiere hacerlo "con discreción".
"No voy a añadir nada a lo dicho en días anteriores", se ha limitado a responder al ser preguntada en rueda de prensa con su homólogo de Croacia, Gordan Grlic Radman, por el último comunicado del Ministerio de Exteriores marroquí, en el que se avisaba de posibles "consecuencias" por el gesto del Gobierno español, del que Rabat no fue informado de antemano.
"España está siempre en contacto con las autoridades marroquíes, desde la discreción, y no lo hará de manera pública a través de los medios de comunicación", ha replicado ante la insistencia de los periodistas, que le han inquirido si el Gobierno no se plantea hacer algún gesto para rebajar los ánimos o si teme que Rabat opte por llamar a consultas a su embajadora, como ha hecho hace unos días con Alemania.
Ya la semana pasada la González Laya había sostenido que se habían dado "las explicaciones oportunas" a Rabat sobre las razones estrictamente humanitarias que llevaron al Gobierno a aceptar la llegada a España de Ghali para recibir tratamiento contra la COVID-19 en un hospital de Logroño, en el que lleva ingresado desde hace dos semanas.
MARRUECOS AVISA DE CONSECUENCIAS
Sin embargo, para el Gobierno marroquí no ha sido suficiente. En su último comunicado, afeó particularmente la decisión del Gobierno de no informar de antemano, lo cual "no es una simple omisión", sino "un acto premeditado, una elección voluntaria y una decisión soberana de España, de la Marruecos toma nota" y de la que "extraerá todas sus consecuencias".
Igualmente, puso en tela de juicio los motivos humanitarios que sustentarían la presencia de Ghali en suelo español, subrayando en particular que el también presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) tiene causas pendientes con la justicia española y no ha sido detenido por ahora y que su ingreso se hiciera presuntamente con identidad falsa.
Marruecos dejó claro que "la preservación de la asociación bilateral es una responsabilidad compartida, que se nutre del compromiso permanente de salvaguardar la confianza mutua, una cooperación fructífera y la salvaguarda de los intereses estratégicos de dos países".
La llegada del líder del Polisario a España suscitó malestar desde el primer momento en el reino alauí. El Ministerio de Exteriores marroquí convocó al embajador español en Rabat, Ricardo Díez-Horchleitner, el pasado 22 de abril para pedir explicaciones.
El nuevo pulso diplomático entre los dos países se produce cuando aún está pendiente cerrar con Marruecos la fecha para la Reunión de Alto Nivel. La cita estaba prevista para el pasado diciembre pero fue aplazada por la pandemia. Inicialmente se apuntó a su posible celebración en febrero o marzo, pero a día de hoy sigue sin haber fecha prevista.
Desde el Ejecutivo se ha insistido repetidamente en que la relación y los contactos son fluidos, con conversaciones en las últimas semanas de ministros con sus pares marroquíes, y que la cumbre se celebrará cuando las circunstancias sanitarias lo permitan.