Elise Stefanik comenzó su carrera política en Washington como moderada, pero luego endureció sus posturas y ahora aparece como favorita para convertirse en la mujer republicana más poderosa del Congreso, una trayectoria que debe por completo a su firme defensa del exmandatario Donald Trump.
De solo 36 años y legisladora hace seis, Stefanik se plantea desplazar a Liz Cheney como la número tres de los republicanos en la Cámara de Representantes en una reunión que el partido realizará el miércoles y que podría serle favorable.
Hija del ex vicepresidente Dick Cheney, Liz podría ser castigada por negarse a aceptar la versión de Trump de que fue víctima de fraude en la elección presidencial de noviembre, en la que el magnate fue derrotado por el demócrata Joe Biden.
La adhesión de la conservadora de Wyoming a la realidad electoral parece ser una apostasía en el Partido Republicano reformulado al gusto de Trump.
El argumento es que el partido necesita solidaridad en lugar de las reiteradas denuncias de Cheney contra Trump, en momentos en que los republicanos planean cómo recuperar las mayorías del Senado y la Cámara de Representantes en las elecciones del año que viene.
Graduada de Harvard, Stefanik, que representa a un distrito del norte del estado de Nueva York, ha enfatizado la necesidad de que el Partido Republicano se una en torno a Trump.
La joven dirigente cuenta con varias cartas importantes a su favor, entre ellas que es es mujer y que puede conectarse con los millennials y los votantes de la costa este de Estados Unidos.
El propio Trump la ha respaldado para el cargo, al igual que el número dos de los republicanos en la Cámara de Representantes, Steve Scalise, lo que la convierte en clara favorita.
"Mi aspiración es postularme con el apoyo del (ex) presidente", dijo el jueves Stefanik a Steve Bannon, un exasesor de la Casa Blanca en los primeros tiempos de la gestión de Trump y quien conduce un programa de radio.
Bannon la había interrogado sobre sus planes para ayudar al Partido Republicano a ganar en 2022 en las elecciones legislativas de mitad de mandato.
"Vamos a presentarnos como una alternativa a la agenda de Biden", agregó.
"Estoy comprometida a enviar un mensaje claro de que somos un equipo, y eso significa trabajar con el (ex) presidente y con todos nuestros excelentes miembros republicanos del Congreso".
El ascenso de Stefanik es demostrativo de cómo para avanzar en el aparato republicano ya no se requiere adherir a valores conservadores en materia fiscal o defender una política exterior de mano dura, sino lealtad a un controvertido expresidente.
- "La nueva estrella republicana" -
Stefanik, que trabajó en la Casa Blanca bajo la presidencia de George W Bush, ganó su curul en el Congreso en 2014, a los 30 años, convirtiéndose en la mujer joven en ser elegida legisladora para el momento.
Recibió entonces elogios por sus posiciones centristas y sus esfuerzos por conciliar con los demócratas.
En 2017, votó en contra de los controvertidos recortes de impuestos de Trump, y su apoyo de 2019 a la legislación que prohíbe la discriminación basada en la orientación sexual enfureció a algunos conservadores.
Incluso le dijo a Cheney que estaba "muy orgullosa" de haberla apoyado para llegar a la posición que hoy persigue.
Pero luego debió reconocer que los votantes de su propio distrito estaban cada vez más seducidos por Trump y de a poco se les fue sumando.
Fue así que saltó a la fama nacional a fines de 2019, cuando defendió ferozmente a Trump durante las primeras audiencias del juicio político al que fue sometido el entonces presidente.
Trump lo percibió y la calificó como la "nueva estrella republicana".
Stefanik ganó fácilmente la reelección en noviembre de 2020.
Semanas después, en enero, dio una muestra más de fidelidad a Trump al anunciar que se opondría a reconocer la victoria de Biden en varios estados.
A Bannon le dijo que apoya "plenamente" un recuento electoral no oficial en curso en Arizona, un proceso aparentemente destinado a legitimar las falsas afirmaciones de Trump de fraude electoral.
Organizaciones conservadoras como el Club For Growth han expresado sin embargo rechazo a su figura y manifestado que los valores tradicionales son mejor representados por Liz Cheney.
En un intento por impulsar sus credenciales conservadoras, Stefanik lanzó recientemente una ofensiva verbal contra China por su papel en la pandemia de coronavirus, haciéndose eco de la plataforma "Estados Unidos primero" de Trump y calificando a Biden y a los demócratas como "socialistas".
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