Las remesas a Cuba ya no financian el emprendimiento, solo mitigan el hambre

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Un hombre pasa frente a una oficina de la Western Unión en La habana, Cuba. Foto/Ernesto Mastrascusa/Archivo
Un hombre pasa frente a una oficina de la Western Unión en La habana, Cuba. Foto/Ernesto Mastrascusa/Archivo

Miami, 30 abr (EFE).- El freno impuesto en 2016 por el Gobierno cubano a las reformas, en medio del auge del sector privado, ha hundido el valor de las remesas como inversión para el emprendedor y hoy "solo sirven para mitigar el hambre" en la población, afirma Emilio Morales, presidente de Havana Consulting Group, en un artículo publicado en Diario de Cuba.
Los años en que las remesas sirvieron no solo para comprar alimentos, sino para abrir miles de negocios privados en la isla, desde restaurantes hasta salones de belleza o alquilar habitaciones a turistas, han tocado a su fin.
Y es que, en opinión de Morales, el "empuje de los emprendedores era tan fuerte que desplazaba a las empresas estatales que competían con ellos en varios sectores de la economía". Una situación a la que el Gobierno cubano decidió poner punto final.
"El crecimiento exitoso y acelerado de los emprendedores cubanos -explica el experto- despertó la alarma en el Gobierno", que veía en este fuerte impulso del cuentapropismo el surgimiento de una "clase de poder" con capacidad de devenir en una "amenaza" futura para sus intereses y el control de la sociedad.
De hecho, en pleno auge del deshielo iniciado bajo el primer mandato de Barack Obama (2009-2017), el envío de remesas tuvo un rápido crecimiento que permitió que pasara de 1.447 millones de dólares en el año 2008 a 3.444 en 2016.
El empuje del cuentapropismo era tal que, por ejemplo, los emprendedores cubanos pasaron de acaparar el 20 % del sector turístico (renta de habitaciones a turistas) en 2010 a manejar el 47 % en 2016, según un análisis de Havana Consulting Group.
Una situación que se mostró similar en el sector de la gastronomía o en el del taxi, con un control en 2016 del 79 % y el 77 %, respectivamente, en manos privadas.
Entre las nuevas "barreras" impuestas por el Gobierno cubano para "castrar el fuerte movimiento de emprendimiento" figuran la prohibición a los cuentapropistas de extender su negocio o de invertir en otro diferente.
Las medidas de control al sector privado han seguido escalando con la negativa a dotar a los emprendedores de "personalidad jurídica" y de mercados mayoristas, tan necesitados.
Por el contrario, "se han elevado aún más los impuestos" con una carga impositiva a los pequeños empresarios del 50 % sobre sus ganancias, "muy superior al promedio de Latinoamérica, que es del 27 %", apuntó Morales.
Pese a que el cuentapropismo se ha convertido en el sector de la economía cubana de mayor crecimiento y generación de empleo en el período 2011-2016, el Gobierno "prefirió sepultarlo y evitar que se convirtiera en la vía más expedita para salir de la crisis y montar al país en la vía del desarrollo".
A juicio del economista, la "terca negación" de liberar las fuerzas productivas verificada en el reciente Congreso del Partido Comunista deja claro que las medidas anunciadas para expandir el número de trabajos por cuentapropismo son un "mecanismo para controlar aún más el restringido espacio" de los cubanos para generar riquezas.
En su artículo en Diario de Cuba. Morales califica de "capricho ideológico" y "método de control" las medidas implementadas por el Gobierno cubano, que "acaba de sepultar las remesas como una vía rápida y segura para atraer inversión" y dar esperanza de prosperidad a los cubanos.
A partir de ahora, concluye el artículo, la "emigración se ratifica como la única vía que permitirá a los cubanos alimentar la esperanza de tener una vida mejor".

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