Acusado por su controvertido exasesor Dominic Cummings de financiar con donaciones privadas la renovación de su apartamento oficial, el primer ministro británico Boris Johnson negó el miércoles cualquier infracción, tras la apertura de una investigación a una semana de elecciones claves.
El 6 de mayo el Reino Unido celebra comicios regionales y municipales que representan la primera prueba electoral para los conservadores de Johnson desde la plena entrada en vigor del Brexit a principios de año y el terremoto provocado por la pandemia de coronavirus.
Y desde hace unas semanas el gobierno se ve sacudido por una serie de escándalos sobre cabildeo e influencias empresariales a raíz de un goteo de filtraciones.
El muy controvertido Cummings, estratega político de la campaña probrexit y el más influyente asesor de Johnson hasta su repentina dimisión en noviembre, fue señalado por algunos medios como fuente de dichas filtraciones. Y el viernes se defendió lanzando un demoledor ataque en su blog contra Johnson, cuya competencia e integridad puso en duda.
Entre otras cosas, afirmó que el primer ministro renovó su apartamento oficial en Downing Street con dinero de donadores del Partido Conservador, lo que el gobierno desmintió categóricamente.
Un portavoz del ejecutivo aseguró el martes que, más allá del presupuesto gubernamental atribuido al mantenimiento, las obras -por hasta 200.000 libras o 277.000 dólares según la prensa- fueron pagadas por Johnson.
Pero no precisó si el dirigente recibió un préstamo, ni si inicialmente se utilizaron fondos del partido, en referencia a informaciones de prensa sobre una contribución de 58.000 libras (80.000 dólares) de un rico donante que no se habría comunicado a la comisión electoral británica como exige la ley.
Tras evaluar la información que le fue proporcionada por el Partido Conservador, la comisión electoral anunció el miércoles la apertura de una investigación.
"Hay motivos razonables para sospechar que pueden haberse cometido una o más infracciones. Por lo tanto, procederemos con una investigación formal para determinar si es así", afirmó.
El anuncio se produjo minutos antes de la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, que Johnson aprovechó para defenderse ante la oposición laborista.
"Fui yo quien cubrió los gastos (...) y puedo decirles que cumplí plenamente con el código de conducta ministerial", aseguró.
El Partido Conservador aseguró por su parte, en un comunicado, que "todas las donaciones fueron declaradas de manera transparente y correcta", y prometió "trabajar de manera constructiva" con los investigadores.
- Revelaciones comprometedoras -
En este contexto, el ejecutivo anunció el miércoles el nombramiento de un asesor, Christopher Geidt, exsecretario de la reina Isabel II, cuya misión será garantizar el cumplimiento del código de conducta ministerial.
"El primer ministro y Lord Geidt han acordado que Lord Geidt comience por comprobar los hechos que rodean la renovación del apartamento de Downing Street e informar al primer ministro de cualquier otra declaración de interés", anunció el gobierno.
Además de las sospechas sobre la renovación de su residencia, Johnson también fue blanco de otras revelaciones comprometedoras, como la de haber pronunciado una frase chocante para oponerse en octubre a un nuevo confinamiento contra el coronavirus.
El periódico Daily Mail afirmó el lunes que durante una reunión el primer ministro dijo: "No más cierres de mierda, dejemos que los cuerpos se apilen por miles". Sin citarlo como fuente de esta revelación, el rotativo aseguró también que Cummings guardaba grabaciones de audio y registros escritos de reuniones importantes.
Downing Street y el propio Johnson desmintieron estas palabras pero varios medios se hicieron eco de ellas y afirmaron tener confirmación de fuentes anónimas.
El líder conservador británico ha sido objeto de duras críticas desde el inicio de la pandemia hace más de un año, acusado primero de tardar en tomar medidas y después de malgastar el dinero de los contribuyentes en suministro de equipos de protección sin licitación.
Y últimamente de tener contactos directos con importantes empresarios como James Dyson al que habría prometido arreglos fiscales a cambio de la fabricación de respiradores para los hospitales del Reino Unido, uno de los países más castigados de Europa, como más de 127.000 muertos por covid-19.
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