WASHINGTON (AP) — Cada año, Estados Unidos autoriza decenas de nuevos usos para medicamentos contra el cáncer basado en las primeras señales de que pueden reducir el tamaño de tumores o hacer más lenta su propagación.
¿Pero con qué frecuencia estos resultados iniciales se traducen en vidas más largas y saludables para los pacientes? Esta pregunta aparentemente sencilla es una de las más debatidas en la medicina.
En este contexto, el martes la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) tendrá la primera reunión en una década para considerar si revierte autorizaciones para el uso de varios medicamentos oncológicos que no han demostrado extender o mejorar la vida de los pacientes.
La agencia dijo que ha usado atajos innovadores en la investigación para acelerar la disponibilidad de medicamentos para pacientes más graves. Pero muchos investigadores consideran que la FDA no ha logrado imponer medidas severas contra fármacos que no cumplen con su primera promesa, dejando en el mercado un exceso de medicamentos costosos que no han mostrado su efectividad contra el cáncer.
“Los doctores usan estos medicamentos y los pacientes los reciben con todas sus toxicidades y sin saber si realmente harán algo”, dijo el doctor Ezekiel Emanuel, especialista en cáncer y bioeticista de la Universidad de Pensilvania. “No deberíamos estar en una situación en donde estamos continuamente inciertos”.
La reunión de tres días sobre medicamentos de Merck, Roche y Bristol-Myers Squibb es parte de una revisión a nivel de la industria detonada por un “nivel de desarrollo de medicamentos sin precedentes” en años recientes, según funcionarios de la FDA. La agencia sólo ha organizado reuniones similares en tres ocasiones previas, la última fue en 2011.
Estados Unidos gasta más por persona en medicinas recetadas que cualquier otro país, y el gasto en medicamentos oncológicos ha aumentado más del doble desde 2013 a 60.000 millones de dólares al año, según la firma de datos IQVIA. Los nuevos medicamentos suelen costar entre 90.000 y 300.000 dólares al año. Y esos precios han aumentado mucho más rápido que la sobrevivencia de pacientes.
La FDA tiene prohibido considerar costos, pero supuestamente debe mantener los medicamentos ineficaces fuera del mercado.
“Esto es finalmente un referendo, un pequeño tribunal, en donde podemos preguntar si es mejor que gastemos todo este dinero”, comentó el doctor Vinay Prasad, oncólogo por la Universidad de California, San Francisco, y crítico de la estrategia de la FDA. “Y para muchos de estos medicamentos, la respuesta parece ser ‘no’”.