El ELN propone que observadores verifiquen su ausencia de lazos con el narcotráfico

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El comandante Aureliano Carbonell, miembro de la delegación negociadora del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, habla en entrevista con Efe el 22 de abril de 2021, en La Habana (Cuba). EFE/Ernesto Mastrascusa
El comandante Aureliano Carbonell, miembro de la delegación negociadora del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, habla en entrevista con Efe el 22 de abril de 2021, en La Habana (Cuba). EFE/Ernesto Mastrascusa

La Habana, 23 abr (EFE).- La delegación negociadora del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia que permanece en Cuba propuso este viernes crear una comisión internacional para que verifique los supuestos vínculos con el narcotráfico de los que les acusa el Gobierno colombiano y que ellos niegan.
En una entrevista con Efe en La Habana, Víctor Orlando Cubides -alias Aureliano Carbonell- afirmó que están dispuestos a pactar un cese al fuego bilateral y temporal con las autoridades para que esa comisión pueda "ir al terreno" a comprobar "si realmente decimos la verdad, o no".
El comandante de la guerrilla aseguró que el mencionado cese de operaciones militares ayudaría también a mejorar la respuesta frente a la pandemia del coronavirus.
El grupo insurgente colombiano recogió esas ideas en cartas enviadas el año pasado al Departamento de Estado de EE.UU., a la Comisión Global de Política de Drogas y a la Fiscalía colombiana, pero según el entrevistado, sólo han obtenido el silencio por respuesta.
"El ELN no tiene cultivos, ni laboratorios, ni pistas, ni rutas, como tampoco negocios de precursores químicos, mucho menos construimos, ni cuidamos pistas o infraestructura alguna que tenga que ver con el narcotráfico", según un fragmento de una de las misivas a las que Efe tuvo acceso.
Carbonell criticó que el Gobierno de Iván Duque "tapa" el problema del narcotráfico acusando a la guerrilla de "estar comprometidos con el negocio", algo que, reiteró: "es absolutamente falso".
"Lo único que se cobra es un impuesto a quien compra lo que otros producen en los territorios donde se mueven nuestras unidades", alegó sin precisar el tipo de productos.
DIÁLOGOS ESTANCADOS EN LA HABANA
El ELN comenzó en febrero de 2017 en Quito negociaciones de paz con el Gobierno del exmandatario colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018). En mayo de 2018 fueron trasladadas a La Habana, donde la última ronda de diálogo concluyó sin avances a principios de agosto de ese mismo año cuando asumió el poder el actual presidente Iván Duque.
Colombia pidió la extradición de los insurgentes tras el atentado contra una academia de Policía en Bogotá que en 2019 dejó 22 cadetes muertos, pero Cuba, país garante de los diálogos de paz, ha rechazado reiteradamente esta solicitud, al considerar que supondría una violación de los protocolos internacionales que amparan las negociaciones.
Al respecto, Carbonell alegó que seguirán en la isla mientras el Gobierno de su país no cumpla con las condiciones establecidas al inicio de las negociaciones para garantizar un retorno seguro del grupo negociador, que incluye al máximo comandante del ELN, Nicolás Rodríguez, alias "Gabino", y al jefe del equipo de las negociaciones de paz, Israel Ramírez, alias "Pablo Beltrán".
APRENDER DE LO OCURRIDO A LAS FARC
A la pregunta de por qué el ELN insiste en retomar las negociaciones de paz ante una contraparte que pide su extradición y no ha respondido a sus comunicaciones, Carbonell aseguró que está convencido de que la paz es la solución a los problemas en Colombia.
"Estamos dispuestos a generar un primer encuentro y buscar salidas", resaltó.
Pero, acotó, sin perder de vista las lecciones que dejaron los diálogos de paz con las ahora desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un proceso que también se desarrolló en La Habana y culminó en 2016.
"No podemos repetir la misma experiencia de las FARC", subrayó el comandante al criticar que los elementos claves de ese proceso "están en cero".
El negociador del ELN sostuvo que casi cinco años después de firmada la paz con el Gobierno colombiano, siguen los asesinatos de excombatientes que se reinsertaron a la vida civil, de líderes sociales, y tampoco se ha resuelto la demandada cuestión agraria o la reforma política.
Laura Becquer

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