BUENOS AIRES (AP) — La mayoría de las escuelas de la ciudad Buenos Aires abrieron el lunes sus puertas luego de que un fallo judicial dejó sin efecto el decreto del presidente Alberto Fernández que había suspendido las clases presenciales en el principal distrito del país hasta el 30 de abril en medio de la segunda ola de coronavirus en Argentina.
Una corte de apelaciones local ordenó a la alcaldía de Buenos Aires garantizar la educación presencial en establecimientos educativos públicos y privados de los tres niveles de enseñanza. El fallo fue en respuesta a una demanda de un grupo de padres y organizaciones civiles que recurrieron a la justicia contra el decreto presidencial firmado el último viernes.
Como la resolución judicial se dio a conocer el domingo a última hora, el movimiento en las escuelas no era el de un día normal. Incluso algunos establecimientos educativos no abrieron sus puertas y prefirieron mantener la virtualidad, mientras sindicatos docentes convocaron a una huelga con dispar acatamiento.
Después de dejar a su hijo Ignacio en una escuela privada de la capital, Nadeska Umbría recordó ante la consulta de The Associated Press que “a él le afectó bastante el encierro del año pasado y lo que más me preocupaba (de la medida presidencial) era eso, sobre todo en la parte psicológica... Estaba ansioso y desde que empezó a venir al colegio todo cambió y mejoró mucho”.
También hubo familias que decidieron acatar la decisión del presidente, como el caso de Victoria, mamá de dos niñas, que consideró un riesgo enviarlas al colegio con la escalada de casos de COVID de las últimas semanas. “Hoy la salud está por encima de la educación”, opinó.
El fallo judicial se aplica sólo a la capital argentina y no rige para las escuelas de los suburbios que la rodean, que permanecían cerradas. Padres y alumnos realizaron abrazos simbólicos en esos centros educativos para exigir su reapertura, mientras la residencia presidencial de Olivos fue por quinto día consecutivo epicentro de una manifestación de familias reclamando clases presenciales.
“No entendemos por qué se le quita la posibilidad a nuestros hijos de poder venir a la escuela”, dijo a AP Josefina Detigre, madre de cinco hijos y que protestaba con una bandera argentina alrededor del cuello. “Estamos acá reclamando un derecho esencial a la educación”.
La decisión del presidente Fernández de cerrar las escuelas en Buenos Aires agravó la tensión social con sectores de la población que ya no acompañan como antes la gestión de la pandemia y profundizó las diferencias con la oposición en momentos en que Argentina atraviesa el pico de la pandemia con un promedio de 25.000 casos nuevos de coronavirus por día.
Para el gobierno nacional la reapertura de las escuelas entre febrero y los primeros días de marzo en la capital y sus alrededores -tras permanecer cerradas gran parte de 2020- incrementó la circulación de personas y los encuentros sociales que explican en parte del crecimiento de casos que se dio en las últimas semanas.
“Mi única preocupación es cuidar la salud de los argentinos, es lo único que me preocupa y que me impulsa en las decisiones que tomo, que no son decisiones de política económica, ni comercial, ni educativa; son decisiones de política sanitaria avaladas por los datos... y escuchando a los científicos", dijo el mandatario el lunes durante un acto en Casa de Gobierno.
Según el Ministerio de Salud, más de tres millones de niños y adolescentes en edad escolar, unos 300.000 docentes y no docentes, sumado a los acompañantes, se movilizan diariamente en el área metropolitana de Buenos Aires.
“El análisis de la curva epidémica en el grupo de población en edad escolar indica que desde el comienzo del ciclo lectivo se ha producido un aumento exponencial del número de casos, similar -y aún mayor- a lo observado en la curva de la población general”, aseveró el ministerio.
En una visión contrapuesta, el alcalde de Buenos Aires y uno de los líderes de la oposición, Horacio Rodríguez Larreta, sostuvo que las escuelas no son foco de contagios y que el porcentaje de circulación en transporte público de la comunidad educativa es bajo respecto al de otras actividades.
“Hoy es una situación rara y dispar, pero con la satisfacción de que hoy la presencialidad es una realidad nuevamente”, expresó la ministra de Educación de la capital, Soledad Acuña. “Las decisiones deben tomarse en base a evidencia y hoy hay que seguir con la presencialidad”.
El presidente Fernández, un abogado penalista, calificó de “estrago jurídico” el fallo de la corte de apelaciones de la ciudad por considerar que las medidas sanitarias no son de su incumbencia e instruyó a los representantes legales del Estado a dar curso a las apelaciones ante tribunales federales.
A su vez la Corte Suprema de Justicia tiene sobre la mesa una demanda presentada por el propio alcalde Larreta que podría darle punto final a la pelea judicial por el decreto, aunque es poco probable que el tribunal se expida a la brevedad.
Hasta ahora en Argentina se han registrado 2,69 millones de contagios y más de 59.200 fallecidos por coronavirus, según el Centro de Ciencia e Ingeniería en Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.
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El periodista de AP Víctor Caivano contribuyó con este reporte.