Así sostenían sus cuellos los animales voladores más grandes del mundo

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Los pterosaurios azhdárquidos eran enormes reptiles voladores que surcaban los cielos en la era de los dinosaurios y utilizaban sus largos picos para capturar a sus presas, peces y otros animales de río.

Una de las cosas más intrigantes sobre ellos ha sido la extrema longitud de sus cuellos, estimada en hasta tres metros, más largo que el de una jirafa, lo que plantea dudas sobre cómo estos animales podían soportar su peso sin romperse.

Mediante el estudio de especímenes de vértebras bien conservados excavados en Marruecos, un equipo de científicos cree tener la respuesta: un complejo conjunto de radios extremadamente ligeros pero que soportan el peso dentro de los huesos.

Cariad Williams, primera autora de un nuevo artículo aparecido en iScience, dijo a la AFP que el equipo creía que el interior de la columna vertebral albergaba una sofisticada estructura interna.

Enviaron los especímenes para que les hicieran una tomografía computarizada. "No podíamos creer lo que habíamos encontrado: es una de las estructuras más singulares que hemos visto nunca", dijo la estudiante de doctorado de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.

No se conoce ningún equivalente en el reino animal, ni moderno ni extinto, y "me sorprende que nadie lo haya encontrado antes", añadió Williams.

El tubo neural, que lleva los nervios a través del hueso de la espalda, está en el centro.

Se conecta a las paredes exteriores de las vértebras a través de unos finos huesos llamados trabéculas, que están dispuestos radialmente y se cruzan entre sí, como los radios de una bicicleta.

Estos finos huesos también recorren la longitud de las vértebras en forma de hélice, añadiendo más fuerza.

El equipo colaboró entonces con ingenieros biomecánicos cuyos cálculos sugerían que tan sólo 50 de estos huesos en forma de radio aumentaban la cantidad de peso que los animales podían soportar en un 90%.

El coautor David Martill, de la Universidad de Portsmouth, dijo en un comunicado que el descubrimiento "resolvía muchas dudas sobre la biomecánica de cómo estas criaturas eran capaces de sostener cabezas enormes -de más de 1,5 metros- en cuellos más largos que los de las jirafas actuales, todo ello conservando la capacidad de volar a propulsión".

Se sabe relativamente poco sobre los pterosaurios, y hasta ahora se les había considerado un callejón sin salida evolutivo, en lugar de una prioridad de investigación.

Sin embargo, los nuevos hallazgos demuestran que son "fantásticamente complejos y sofisticados" y que merecen un estudio mucho más profundo, añadieron Martill y el equipo.

ia/ec/mps/rs/rsr

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