Las instituciones dependientes de la Iglesia católica de Haití deberían "observar un paro laboral" el jueves para protestar contra la inseguridad, luego del secuestro el domingo de diez personas, incluidas siete religiosas -cinco haitianas y dos francesas-, cerca de Puerto Príncipe.
"Para protestar contra los malos actos en el país", la Iglesia pide a las "instituciones católicas", incluidas las escuelas y las universidades, "observar un paro laboral" el jueves, anunció el martes la Conferencia Episcopal de Haití en un comunicado.
"Los bandidos" que "actúan en paz" parecen tener "más poder que el estado y la policía", lamentaron los líderes religiosos, afirmando que "incluso los niños no se salvan" de los secuestros.
El jueves se celebrarán misas "para pedirle a Dios que cambie Haití", agregaron.
El lunes, la arquidiócesis de Puerto Príncipe deploró el "descenso al infierno de la sociedad haitiana" y denunció la inacción de los poderes públicos en este país caribeño asolado por la inseguridad.
"Los poderes públicos que no hacen nada para resolver esta crisis no son inmunes a la sospecha. Denunciamos la complacencia y la complicidad vengan de donde vengan", dijeron en un comunicado.
Más tarde, el presidente Jovenel Moise prometió no "rendirse" ante la "lacra" del secuestro en Haití. "Soy consciente de que el Estado debe hacer más esfuerzos en la lucha contra este desastre", había reconocido.
El grupo secuestrado el domingo incluye a cuatro sacerdotes y una monja haitianos, así como a dos ciudadanos franceses del oeste de Francia: una monja del departamento de Mayenne y un sacerdote de Ille-et-Vilaine que lleva más de 30 años viviendo en Haití.
También fueron secuestradas tres personas, miembros de la familia de un sacerdote haitiano que no está entre los secuestrados.
La mayoría de los haitianos son católicos y su país es el más pobre de América.
str-led/rle/mps/rsr