BERLÍN (AP) — Docenas de parlamentarios europeos, directivos de empresas y líderes sindicales instaron el martes a Estados Unidos a que reduzca en un 50% sus emisiones de efecto invernadero en la próxima década respecto a los niveles de 2005.
Antes de la cumbre climática del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con líderes climáticos la próxima semana, autoridades europeas y representantes de la industria pidieron en una carta abierta una alianza transatlántica para combatir el cambio climático y lograr una “transición justa y sostenible" hacia una economía con bajas emisiones de dióxido de carbono.
El objetivo propuesto casi multiplicaría por dos la meta fijada por el gobierno de Obama después de firmar el Acuerdo Climático de París en 2015.
La Unión Europea acordó el año pasado recortar sus emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030, en comparación con los niveles de 1990.
Tanto Washington como Bruselas aspiran a ser “neutras en carbono” para mediados de siglo, un objetivo que según los científicos debe alcanzarse para que el aumento de las temperaturas globales medias no supere los 2 grados Celsius (3,6 Fahrenheit) para el año 2100. El objetivo más ambicioso del Acuerdo de París, de reducir el calentamiento global a 1,5 grados Celsius (2,7 Fahrenheit) para finales de siglo, en comparación con la era preindustrial, probablemente requeriría recortar de forma más drástica las emisiones globales que calientan el planeta.
La carta abierta, liderada por el presidente del comité medioambiental del Parlamento Europeo, Pascal Canfin, señala que el bloque de 27 países y Estados Unidos suponen en conjunto un cuarto de las emisiones de dióxido de carbono y dos quintos de la economía global.
“Al actuar juntos, podemos marcar la diferencia”, afirmaron. “La transición global que necesitamos nunca ocurrirá si no lo hacemos bien".
La carta, respaldada por muchos ejecutivos de empresas como la automotriz francesa Renault, la minorista sueca de muebles IKEA y la compañía energética alemana E.ON, también reflejaba las preocupaciones europeas de que los esfuerzos del bloque por reducir emisiones puedan costar muchos empleos a menos que otras regiones del mundo adopten medidas similares para desconectar centrales eléctricas de carbón y otras industrias muy contaminantes.
Una importante fuente de conflicto que probablemente surgirá en las conversaciones climáticas este año es la idea de la UE de introducir un impuesto a las importaciones de países con estándares medioambientales más bajos.
“Tendremos que asegurarnos un campo de juego igualitario con competidores que no estén tan comprometidos como nosotros con las acciones climáticas”, dijo la misiva.