AUGUSTA, Georgia, EE.UU. (AP) — La pregunta siempre surgiá en algunos de los torneos más importantes del golf, ya fuera Jordan Spieth o Tiger Woods. Pero no tenía nada que ver con ellos.
Los reporteros japoneses, habiendo ensayado sus palabras en inglés, querían saber qué pensaban los mejores jugadores sobre Hideki Matsuyama.
No se trataba de reconocimiento a su talento. Todos sabían que puede jugar.
Matsuyama era estudiante universitario cuando ganó su primer torneo internacional. Superó del Masters como amateur a los 19 años. Ganó el título de más dinero recabado en la gira de Japón de golf como novato. Cuando disputó la Copa de los Presidentes a los 21 años, había acumulado más triunfos ese año que cualquier otro de su equipo.
Se trató de aceptación.
El reconocimiento más importante llegó el domingo en un Masters que ni Matsuyama ni su país, loco por el golf, olvidarán.
Matsuyama tenía una ventaja de cuatro golpes al iniciar la última ronda, pero que llegó a acotarse a uno. Pero conservó el aplomo hasta el final y vivir el momento más esperado.
Fue en ese momento que Fred Riley, el director del Masters, se dirigió al campeón defensor Dustin Johnson y proclamó: “Nos honraría si le pones el saco verde a nuestro nuevo campeón, Hideki Matsuyama”.
“Estoy muy contento”, dijo Matsuyama, un mensaje significativo debido a que fue lo único que dijo sin su intérprete.
Todo Japón tenía motivos para celebrar.
La semana inició en el Augusta National con Tsubasa Kajitani, de 17 años, llevándose el título amateur de mujeres. Nueve días después, Japón contaba con su primer campeón masculino en un major, algo que se perfila para tener un efecto permanente.
Adams Scott puede avalarlo.
Uno de sus acuerdos de patrocinio lo llevó al Abierto de Japón y ha sido testigo de la popularidad del deporte y la pasión por sus estrellas. Jugó junto a Matsuyama y Ryo Ishikawa, la primera estrella japonesa de esta generación. Scott no se había sentido tan ignorado desde que disputó el US Open junto a Woods y Phil Mickelson en Torrey Pines.
“Lo ven como un Tiger Woods”, dijo sobre Matsuyama.
Ahora visualiza a Matsuyama con el saco verde.
“No me puedo imaginar como será”, reconoció Matsuyama. “Pero que emoción y honor será para mi llevar el saco verde de regreso a Japón. Realmente estoy ansioso”.
Ahora intenten imaginarse la recepción en el Kasamigaseki Country Club, el lugar en el que se llevarán a cabo los Juegos Olímpicos en tres meses. La justa se pospuso un año debido a la pandemia de COVID-19, y suponiendo que las justas se realizarán, no podría haber un mejor momento para el golf.
Un club privado que recientemente admitió a mujeres miembro — eso debería sonar conocido en Augusta — Kasamigaseki es el lugar en el que Matsuyama superó al resto por cinco golpes para ganar el Asia-Pacific Amateur en el 2011. Este torneo fue idea de Billy Payne, el expresidente del Augusta National, quien deseaba que el saco verde inspirara el crecimiento del deporte en Asia.
Con ese triunfo, Matsuyama se ganó el derecho de disputar un Masters y su primera visita al Butler Cabin como amateur.
Su siguiente visita al Butler Cabin fue el domingo tras su triunfo con un golpe de ventaja en el Masters. Ya no es un adolescente con potencial. Un país entero observaba.
“Es emocionante pensar que hay muchos jóvenes en Japón que están viéndolo hoy", dijo. “Espero que en cinco, 10 años, cuando sean mayores, espero que algunos de ellos estén compitiendo en el escenario mundial”.