Aunque la nación que dirige es una de las más pequeñas del mundo, Surangel Whipps no tiene miedo de afirmar en voz alta que Palaos no se dejará intimidar por nadie, comenzando por China.
El exsenador, de 52 años, fue investido en enero como presidente del archipiélago del Pacífico, después de derrotar a un candidato favorable a un acercamiento con China.
Palaos es uno de los 15 países que siguen reconociendo a Taiwán y no a Chinar, a pesar de las intensas presiones diplomáticas y económicas de Pekín.
"Si vamos a ser los últimos (en reconocer a Taiwán), lo seremos porque Taiwán nos a apoyado desde el principio", dijo Surangel Whipps en una videollamada con la AFP a principios de esta semana.
Regresaba entonces de una visita a Taiwán en las que acordó que se creara una "burbuja" entre ambos países para que se pueda circular sin cuarentena.
China sigue considerando a Taiwán como una parte de su territorio que quiere recuperar. Las relaciones se deterioraron con la llegada al poder en 2016 de la presidenta Tsai Ing Wen, procedente de un partido tradicionalmente hostil a Pekín.
El gobierno chino no cesa de trabajar en el aislamiento internacional de Taiwán, tratando sin cesar de atraer hacia sí a los aliados de la isla.
En 2019, Pekín logró establecer relaciones con el pequeño archipiélago de Kiribati y con las Islas Salomón, por lo que en el Pacífico, los últimos países que aún reconocen a Taiwán son Palaos, las Islas Marshall, Nauru y Tuvalu.
Y entre los líderes de estos cuatro archipiélagos, Surangel Whipps se considera el más firme con respecto a la actitud de Pekín, una posición que explica por la agresividad de China bajo Xi Jinping y por su propia experiencia en las relaciones con los dirigentes chinos.
"Me reuní con ellos y lo primero que me dijeron en una llamada telefónica fue: +Lo que hace es ilegal, reconocer a Taiwán es ilegal. Usted tiene que cambiar de posición+", explica.
"Ese es el tono que usan. Nadie debería decirnos con quién debemos ser amigos o no", añade.
Dice que fue acosado por las llamadas de funcionarios chinos durante la campaña presidencial. "A veces llamaban 16 veces", recuerda. "Desde las elecciones, no contesto sus llamadas", precisa.
Whipps nacido en Baltimore, es un ferviente partidario de los vínculos con Washington y describe a Taiwán -que estableció relaciones con el archipiélago en 1999- como más que un aliado.
"Hay una cultura y una historia comunes", comenta haciendo referencia a los vínculos entre los habitantes del archipiélago y los de Taiwán.
- Todos saldríamos ganando -
A principios de la última década, el archipiélago experimentó un crecimiento exponencial del número de turistas chinos. Luego, en 2017, Pekín prohibió los viajes organizados a Palaos, privandolo de un valioso ingreso.
Pero para Whipps, esta decisión juega sobre todo en contra de Pekín, ya que permite a sus conciudadanos tomar conciencia de las presiones chinas.
Y la desconfianza hacia Pekín es muy benéfica para Estados Unidos, que busca contrarrestar las crecientes ambiciones de China en el Pacífico.
Palaos es uno de los territorios del Pacífico colocados bajo administrados estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial. El archipiélago se independizó en 1994, pero mantiene estrechos vínculos con Washington, a través del Pacto de Libre Asociación (COFA) que hace a Estados Unidos responsable de su defensa.
El año pasado, Mark Esper se convirtió en el primer Secretario de Defensa de Estados Unidos en visitar Koror, la capital del archipiélago, durante la cual el gobierno local le propuso que instale una base militar permanente.
Según Whipps, esto haría que su país dependiera menos del turismo y "todos saldríamos ganando".
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