Arabia Saudita compite con Dubái para atraer a las compañías extranjeras

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En lo alto de los rascacielos de cristal bajo un sol sofocante, los obreros dan los últimos toques al tan esperado nuevo distrito financiero de Riad, con el que Arabia Saudita espera competir con Dubái para convertirse en un centro para las compañías extranjeras en el Golfo.

El King Abdullah Financial District (KAFD), un proyecto multimillonario anunciado en 2006, se inaugurará oficialmente en los próximos meses, indicaron varias fuentes a la AFP, tras importantes retrasos y sobrecostes.

Situado en el corazón de la capital, este distrito quiere aprovechar el ultimátum lanzado en febrero por el gobierno saudita a las empresas extranjeras, según el cual las que deseen obtener contratos públicos con la mayor economía árabe tendrán que instalar allí su sede regional antes de 2024.

Se trata de un desafío a Dubái, el emirato vecino que se ha convertido en los últimos años en el centro de los negocios de la región.

La iniciativa coincide con el intento de Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo, de atraer inversiones extranjeras para diversificar su economía, mermada por la crisis sanitaria y la caída de los precios del crudo.

Con sus 1,6 millones de metros cuadrados de rascacielos y vegetación, a los que se añade una mezquita en forma de rosa del desierto, KAFD es "un gigante dormido que se prepara para despertar", observa un consultor cercano al proyecto.

El barrio, clasificado como zona económica especial, permite a las empresas quedar eximidas del impuesto de sociedades durante 50 años, acceder a un trato "preferencial" para los contratos gubernamentales y a una exención de 10 años de la política de "saudización" del gobierno, que consiste en reservar puestos de trabajo a los sauditas, según un documento que pudo consultar AFP.

- "Torcer el brazo" -

El Fondo de Inversión Pública (FPI), propietario del proyecto, espera una "fuerte demanda", según varias fuentes. La dirección del KAFD no quiso hacer comentarios.

Arabia Saudita quiere atraer hasta 500 multinacionales a Riad, según los medios locales, mientras que Dubái alberga unas 140 sedes de compañías, el récord de Oriente Medio.

El grupo hotelero indio Oyo y el fondo de inversión y acelerador de empresas emergentes 500 Startups indicaron a la AFP que instalarán sus sedes regionales en KAFD. Algunas empresas sauditas, como el gigante bancario Samba, ya empezaron a operar allí.

Pero el distrito se planificó "sin tener en cuenta su viabilidad económica", por lo que "lograr tasas de ocupación decentes será muy difícil", según un documento público.

Algunos líderes occidentales critican en privado el ultimátum saudita, considerándolo una forma de "torcer el brazo" a las empresas.

"Pero si la elección es 'trabajo o no trabajo', la gente irá", dijo a la AFP un ejecutivo financiero basado en Dubái.

Con una población de 34 millones de habitantes, Arabia Saudita tiene el mayor mercado de la región y ofrece lucrativos contratos en diversos megaproyectos por valor de cientos de miles de millones de dólares. Muchas empresas con sede en Dubái ya trabajan principalmente en el mercado saudita.

Pero aunque Arabia Saudita ha relajado ligeramente sus normas ultraconservadoras, permitiendo cines, conciertos y competiciones deportivas, sigue estando lejos del estilo de vida relativamente liberal que ha hecho de Dubái un éxito entre los expatriados ricos.

"Cuando a los ejecutivos europeos se les pregunta: '¿Cuándo van a trasladar su sede a Arabia Saudita", la respuesta suele ser: '¿Cuándo van a permitir el alcohol?', dijo a la AFP un diplomático afincado en el Golfo.

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