QUITO (AP) — Ecuador sigue lejos de alcanzar su objetivo diario de vacunación mientras el país enfrenta un repunte de contagios de COVID-19 y una segunda vuelta electoral que el 11 de abril definirá al sucesor del presidente Lenín Moreno.
El mandatario admitió el jueves en cadena nacional que actualmente se vacuna a 24.000 personas al día aunque la meta es inocular de 60.000 a 80.000 ecuatorianos diariamente. Ese objetivo “se mira bastante lejano”, pero no imposible, y aseguró que su cronograma de vacunación no se ha cumplido porque las farmacéuticas no dan prioridad a “los países que no son poderosos”, por lo que no han cumplido con los plazos de entrega y han justificado los retrasos con problemas de logística, transporte y capacidad productiva.
Según Moreno, el lento avance de la campaña se debe a que “la capacidad de vacunación inicial era de apenas 6.000 personas diarias”, pero dijo que el proceso se aceleraría paulatinamente.
Por otra parte, anunció que se dará inicio a la vacunación de 53.000 servidores policiales a pesar de que falta inocular a 10% del personal médico y sanitario que enfrenta esta nueva ola de contagios con los hospitales funcionando al límite de su capacidad.
En la última semana el gobierno ha firmado acuerdos con las diferentes alcaldías del país —como Quito y Guayaquil, las ciudades con mayor concentración de casos por el repunte de contagios— para gestionar la logística y que se logre inocular a la mayor cantidad de personas posibles en los siguientes días.
Las declaraciones del mandatario se dan a una semana del balotaje electoral y en medio del repunte de infecciones que ha dejado a cientos sin camas de hospitalización y sin acceso a las unidades de cuidados intensivos.
En días previos algunos expertos cuestionaron que el gobierno no endureciera las medidas de movilidad para evitar más contagios, pero la vicepresidenta María Alejandra Muñoz, quien acompañaba al presidente, dijo el mismo jueves que “cualquier medida debe precautelar la conciencia social para no entrar en otros procesos restrictivos que principalmente atentan en contra de la supervivencia económica de todos los ecuatorianos”.
Aunque especificando que los toques de queda y estados de excepción deben ser focalizados en las ciudades donde la crisis de salud sea más grave, el miércoles la Corte Constitucional dio luz verde para que el presidente decida si endurece o no las restricciones. Al no haber un pronunciamiento a nivel nacional, varias ciudades decidieron implementar sus propias medidas para el feriado de Semana Santa con restricciones de movilidad, limitación de aforo y horarios ajustados en lugares públicos como playas entre otros.
Según el cronograma inicial del gobierno ecuatoriano, hasta finales de marzo deberían haber llegado 1.380.000 vacunas, sin embargo, hasta el miércoles —contando con la llegada del octavo lote de inoculantes— el país sólo había recibido poco más 400.000 dosis de Pfizer y del mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud.
Se prevé la llegada de dos millones de vacunas de SINOVAC en los próximos días, aunque aún no se sabe el día exacto o si llegará todo en un solo lote. Hasta el momento apenas se ha logrado inocular a 176.642 personas con la primera dosis, de las cuales 60.358 cuentan con la segunda, lo que no cubre ni el 2% de la población.
El gobierno de Moreno, quien deberá entregar el poder a su sucesor el 24 de mayo, ha insistido en que tiene contratadas 20 millones de dosis con varios laboratorios para que hasta fines de este año se vacune al 60% de la población y lograr así la inmunidad de rebaño.
Desde que llegó la pandemia el año pasado el Ministerio de Salud ecuatoriano reportó el jueves 330.388 contagios y 16.877 fallecidos por COVID-19.