BOARDMAN, Oregón, EE.UU. (AP) — María Corona quería vacunarse. Tres meses atrás, ocho parientes habían dado positivo en pruebas de COVID-19. Lo mismo que muchos de sus compañeros de trabajo y vecinos.
“Estaba muy preocupada”, dijo Corona, de 49 años y que la mitad del año trabaja en plantas procesadoras de alimentos y la otra mitad en el campo, cerca de su casa en Boardman, Oregón. “Oyes muchas historias de gente que muere y te meten miedo”.
Un día después de enterarse a través de Facebook que ella y sus compañeros de trabajo podían recibir la vacuna contra el COVID-19, Corona se subió a su Dodge Caravan y se fue al Centro SAGE, donde personal de salud locales y estatales vacunaban a trabajadores del campo en una clínica ambulante de cuatro días que fue la primera en su tipo.
“Si no quieres infectar a otros, sentirte segura con tu familia y sentirte a salvo, que es lo importante”, hay que vacunarse, declaró Corona al East Oregonian a través de un traductor después de ser inoculada la semana pasada.
Akiko Saito, subdirector de la unidad de respuesta y recuperación del COVID-19, una dependencia conjunta de la Autoridad Sanitaria de Oregón y el Departamento de Servicios Humanos de Oregón, dijo que la clínica era un “proyecto piloto” pensado para inmunizar a una comunidad que, es bien sabido, es particularmente vulnerable al COVID-19
En total, fueron vacunados 1.000 trabajadores agrícolas en la clínica, según el Departamento de Salud del Condado de Morrow.
Saito dijo que las autoridades piensan lanzar iniciativas similares en todo el estado. Funcionarios estatales hicieron un estudio recientemente en 585 centros agrícolas según el cual más de 21.000 trabajadores agrícolas satisfacían los requisitos de la vacuna.
“Trabajamos con las autoridades sanitarias locales para conectarnos con los sitios de trabajo agrícolas, los migrantes y quienes emplean trabajadores temporales para ver si pueden organizar eventos de este tipo” en todo Oregón, expresó Saito.
La clínica se puso en marcha dos días después de que el condado de Morrow recibiese la autorización del estado para comenzar a vacunar a trabajadores del campo tras haber suministrado suficientes dosis a otros grupos prioritarios.
Al menos 20 condados, la mayoría de ellos en la zona de Cascades, recibieron la aprobación del estado la semana pasada.
La autorización llega justo a tiempo para las cosechas, que atraen miles de trabajadores a la zona. El director de Salud Pública del condado de Morrow Nazario Rivera dijo que hasta 8.000 trabajadores agrícolas llegan a la región durante la temporada de cosechas.
“Queremos asegurarnos de que vacunamos a algunas de estas comunidades vulnerables”, expresó Rivera. “Llega la primavera y vamos a tener más trabajadores aquí. Si podemos contactarlos antes de que empiece la temporada, será más fácil vacunarlos. No será necesario pedirles que se ausenten de sus labores en una época de mucho trabajo para venir a vacunarse”.
En el condado de Morrow, los residentes hispanos representan el 57% de los contagios de COVID-19, según información suministrada por las autoridades sanitarias del condado este mes. Aproximadamente un 38% de la población del condado de Morrow es hispana, de acuerdo con el censo del 2019.
Se registran tendencias similares en el condado de Umatilla, donde los hispanos representaron el 41% de los contagios de COVID-19 en el 2020, según el departamento de salud del condado. Las estadísticas indican que la tasa de pruebas positivas de los hispanos fue tres veces la de los no hispanos.
Saito dijo que la clínica fue una colaboración entre varios grupos para inmunizar una comunidad que consideran una “población prioritaria”.
“Sabemos que se exponen porque en el trabajo están muy cerca el uno del otro y hay mucho racismo e injusticias”, manifestó Saito, acotando que el estado tiene un plan de diez años, uno de cuyos objetivos es “poner fin a las desigualdades en el campo de la salud”.
Añadió que “esta es una forma de garantizar que nos enfocamos en la igualdad y que estamos pendientes de esas poblaciones que han sido afectadas en forma desproporcionada y que históricamente no han sido atendidas como corresponde”.
Las autoridades dicen que las condiciones de trabajo en sectores esenciales han sido uno de los factores que inciden en el impacto desproporcionado del virus en las comunidades hispanas de todo el país.
“Tenemos todas estas plantas procesadoras... sin duda son una comunidad que corre muchos riesgos”, expresó Rivera mientras miraba una fila de autos en la clínica, con grandes plantas industriales de fondo.
Por ello, estas clínicas le apuntaron a los trabajadores agrícolas, en parte porque a menudo no pueden tomarse tiempo libre para vacunarse, señaló Rivera. Agregó que el departamento sanitario hizo varios esfuerzos por informar a los residentes acerca de la clínica, incluida publicidad en radios en español de la zona.
En el condado de Umatilla se hacen esfuerzos parecidos.