MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Una nueva teoría plantea que restos de Theia, el objeto que chocó contra nuestro planeta hace 4.500 millones de años y dió lugar a la Luna, perduran en capas de roca en lo profundo del manto terrestre.
Durante décadas, los sismólogos han estado intrigados por dos manchas, que se encuentran debajo de África Occidental y el Océano Pacífico y se encuentran a horcajadas sobre el núcleo como un par de auriculares.
Con hasta 1.000 kilómetros de profundidad y varias veces más de ancho, "son la cosa más grande en el manto de la Tierra", dice Qian Yuan, estudiante de doctorado en Geodinámica en la Universidad Estatal de Arizona (ASU), Tempe, citado por Science en su web. Las ondas sísmicas de los terremotos disminuyen abruptamente cuando atraviesan estas capas, lo que sugiere que son más densas y químicamente diferentes de la roca del manto circundante.
Las grandes provincias de baja velocidad de corte (LLSVP), como las llaman los sismólogos, simplemente podrían haber cristalizado en las profundidades del océano de magma primordial de la Tierra. O podrían ser charcos densos de roca del manto primitivo que sobrevivieron al trauma del impacto de la formación de la Luna.
Pero basándose en nuevas pruebas y modelos isotópicos, Yuan cree que los LLSVP son las entrañas del propio impactador alienígena. "Esta loca idea es al menos posible", dice Yuan, quien presentó la hipótesis en la 52 Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria.
Su modelo sugiere que después de la colisión, el núcleo de Theia se habría fusionado rápidamente con el de la Tierra. También investigó el destino del manto de Theia, variando el tamaño y la densidad de Theia para ver qué condiciones habrían permitido que el material persistiera, en lugar de mezclarse y hundirse hasta la base del manto.
Una Theia masiva también explicaría la escala de los LLSVP, que juntos contienen seis veces más masa que la Luna. Si son extraterrestres, dice Yuan, solo un impactador tan grande como Theia podría haberlos liberado.