BUENOS AIRES (AP) — Frente al inexorable avance de la segunda ola de coronavirus en la región, Argentina suspendió los vuelos provenientes de Brasil, Chile y México al tiempo que endureció los controles sanitarios para desalentar el viaje de argentinos al exterior.
La decisión del gobierno de Alberto Fernández se tomó este jueves luego que Chile reinstalara la cuarentena en la mayoría de su territorio para frenar el alza de contagios y Brasil superara los 300.000 muertos por COVID.
La medida, similar a la que se adoptó en diciembre con los vuelos desde y hacia Gran Bretaña, comenzará a regir a partir del sábado tras su publicación un día antes en el boletín oficial.
No se especificó plazo para reanudar los vuelos de los países afectados.
Argentina, con 2.2 millones de contagios y 55.000 fallecidos, mantiene cerradas sus fronteras para el ingreso de turistas desde marzo de 2020, pero los argentinos podían hasta ahora viajar al exterior sin otro requerimiento que un test negativo 72 horas antes de emprender el regreso al país.
Para desalentar los viajes no esenciales fuera del país, el gobierno de Alberto Fernández dispuso también este jueves que los argentinos deberán someterse a pruebas PCR a su arribo al aeropuerto internacional de Ezeiza —única vía de ingreso— y siete días después, ambas a cargo de los pasajeros, y tendrán que aislarse durante 10 días.
En caso de que el resultado de la prueba al llegar sea positivo de COVID, los viajeros “junto con sus contactos estrechos” deberán cumplir aislamiento en los lugares que indiquen las autoridades nacionales, según la resolución. La estadía en estos centros de aislamiento también estará a cargo del ciudadano.
Si los viajeros no acatan el aislamiento se exponen a acciones penales por violación a medidas contra epidemias y desobediencia a autoridad pública.