Vacío de EEUU en LatAm abre puertas a Rusia y China

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MIAMI (AP) — Moscú y Beijing podrían profundizar su influencia durante la pandemia en América Latina, donde la llegada de vacunas ha sido desigual y algunos países han dependido sobre todo de las dosis chinas para iniciar sus programas de vacunación.

“Aunque yo verdaderamente creo que Estados Unidos y los países de Europa son los socios preferenciales de la región, si hay un vacío, no hay la menor duda de que China y Rusia van a buscar la manera de aprovechar”, expresó el viernes el titular del BID, Mauricio Claver-Carone a The Associated Press.

Estas declaraciones y la de otros expertos entrevistados por la AP tienen lugar en momentos en que escasean las vacunas contra COVID-19 en todo el mundo y al menos una decena de países de América Latina han recibido o esperan millones de dosis rusas y chinas. Algunos como Venezuela, que mantiene lazos con ambas naciones, las han recibido como donación. Otros, como Chile que ha vacunado al 43% de su población, han logrado el éxito de la inmunización por acceso a las vacunas chinas. Otros, como Argentina, han sido terreno de ensayos clínicos de esas vacunas.

Claver destacó que la vacunación es clave en la región, que atraviesa su peor crisis económica en más de 100 años.

El BID aprobó en 2020 la cifra récord de 21.600 millones de dólares para apoyar a la región con la compra y distribución de vacunas. También se ha ofrecido como garante en las negociaciones que algunos países mantienen con farmacéuticas para acelerar la vacunación.

Estados Unidos se ha enfocado en la vacunación en su territorio, convirtiéndose en el país de las Américas con más dosis suministradas: poco más de 115 millones que llegaron al 34% de la población. No se ha pronunciado sobre las vacunas que están recibiendo los latinoamericanos de China y Rusia, pero esta semana anunció que enviara 2,7 millones de dosis de AstraZeneca a Mexico.

“No creo que nadie piense que este es un nuevo realineamiento estratégico de Latinoamérica, pero ha dejado en evidencia la voluntad de estos países de relacionarse de manera más amplia con Rusia y China de lo que hubieran hecho de otra manera”, expresó Eric Farnsworth, experto en temas de América Latina y vicepresidente del Consejo de las Américas.

“Esto no comenzó hace dos semanas, ni siquiera hace un año”, dijo Farnsworth, pero explicó que la pandemia lo aceleró, y China y Rusia aprovecharon esas oportunidades que se les presentaron.

Para algunos expertos, Estados Unidos debería al menos haber desalentado el uso de las vacunas hablando con socios estratégicos como Brasil o México, que podrían haber sido escuchados a su vez por otros países de la región.

La gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe forma parte del mecanismo COVAX creado por Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en busca de una inmunización equitativa en todo el mundo, pero los países desarrollados han acaparado las compras, limitando la disponibilidad y el acceso a la inmunización.

En todo el continente se han aplicado unas 138 millones de dosis, pero sólo 28 millones han llegado a Latinoamérica y el Caribe, según la Organización Panamericana de la Salud.

Para asegurarse vacunas, los países de la región han sellado acuerdos bilaterales con laboratorios de Rusia y China que han ofrecido más disponibilidad, precios más accesibles y acceso más rápido a los inoculantes.

Argentina fue el primer país de la región en inmunizar a fines de diciembre al adquirir la rusa Sputnik V en un contexto de mucha competencia y cuando las negociaciones con Pfizer se complicaban. Luego compró millones de dosis de Sinopharm, de China. Otros que han adquirido o están en negociaciones de obtener esas vacunas son Brasil, México, Nicaragua, Panamá, Chile, Ecuador, Colombia, Venezuela y Bolivia.

Chile ya ha recibido 10,9 millones de dosis de Sinovac, tras un contrato de compra de junio de 2020, a un precio preferente. El contrato es por una opción de compra de 20 millones de dosis por tres años (60 millones).

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Biller reportó desde Río de Janeiro. Christopher Sherman, en México, y otros periodistas de la región contribuyeron en esta información.

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