NUEVA YORK (AP) — Mientras se recuperaba de coronavirus, Brian Stokes Mitchell cantaba “The Impossible Dream” (El sueño imposible) por la ventana de su apartamento en Manhattan todas las noches. La entrañable canción podría ser muy apropiada para los trabajadores del teatro que esperan regresar a sus puestos.
Mitchell tiene un doble motivo para soñar. Además de ser un artista desocupado galardonado con el premio Tony, funge como presidente de la organización nacional de servicios sociales The Actors Fund. Considera que los 138 años pasados de la fundación fueron “un ensayo general” para estos tiempos desesperados.
“La gente ha sido increíblemente generosa, y casi usaría la palabra ‘sorpresivamente’”, dice. “porque la gente siempre es increíblemente alentadora y divertida, pero ahora todo el mundo está padeciendo”.
Pese a haber perdido una de sus principales fuentes de ingresos — un espectáculo anual en Broadway — The Actors Funds ha distribuido más de 20 millones de dólares en asistencia financiera de emergencia a más de 15.000 personas desde el 18 de marzo de 2020.
Mientras los cines han reabierto recientemente para audiencias más pequeñas, los 41 teatros de Broadway siguen cerrados y Mitchell teme que una recuperación real pueda tomar años.
“Todos vamos a tener un poco de TEPT (trastorno de estrés postraumático) que superar antes de sentirnos seguros”, dice Mitchell.
Recientemente, el artista conversó con The Associated Press para discutir cómo la comunidad teatral puede reponerse, su propia batalla con el COVID-19 y cómo el Actors Fund está entrenando a actores en otras líneas de trabajo.
AP: Usted fue muy abierto sobre su diagnóstico de COVID-19. ¿Qué le pasó por la cabeza cuando estuvo enfermo?
Mitchell: Nunca tuve la sensación de que eso me arrebataría. Pudo haber sido simple negación, no lo sé, pero nunca tuve la sensación, ni en mis peores momentos, de que “así será como termine mi vida”.
AP: ¿Qué tipo de trabajos consigue el Actors Fund para los actores desempleados?
Mitchell: Necesitamos trabajadores electorales durante las elecciones, trabajadores en centros de vacunación, cosas como esas. Siempre hay algo. Cuando una puerta se cierra, otra se abre y eso ha sido parte de lo que ha hecho el Actors Fund: ayudar a entrenar gente en estas cosas. Durante el censo, la gente aprendió como ser encuestadores del censo. Podemos ayudarlos a encontrar esas maneras alternativas de mantenerse.
AP: ¿Cree que Broadway reabra en mayo como han dicho los productores?
Mitchell: ¿Ocurrirá en mayo, junio, julio, agosto? ¿Quién sabe? Podría llegar septiembre antes de que empecemos. Podría llegar el próximo año antes de que esto esté en plena marcha. O podría ser exactamente cuando ellos dicen que será. Simplemente tenemos más preguntas que respuestas.
AP: ¿Cuánto tiempo cree que le tome a Broadway recuperarse?
Mitchell: Esta pandemia podría durar dos años de principio a fin para la mayoría de la gente. No sólo actores, sino cualquiera en la industria del espectáculo. Como yo soy un actor, eso es lo primero que me viene a la cabeza. Probablemente sean más bien como cinco años porque tenemos que recuperarnos de esto. Mucha gente no sólo perdió su empleo principal, sino también su empleo secundario. Mucha gente en la industria del espectáculo cuando no trabaja hace de barman, trabaja en restaurantes. Esos empleos se han reducido ampliamente y por un tiempo también estuvieron paralizados.
AP: ¿Qué me dice de teatros más pequeños y producciones locales?
Mitchell: Posiblemente veamos teatros regionales volver a toda máquina antes que los de Broadway sencillamente porque la gente necesita de teatro en vivo, lo espera con ansias. Quieren sentarse con otras personas y vivir algo que sólo ocurre de esa manera. Creo que ocurrirá a nivel regional primero porque es mucho más fácil y barato montarte en tu auto y manejar media hora para ver una obra en un teatro regional que planear un viaje (a Nueva York).
AP: ¿Cómo se le ocurrió cantar “The Impossible Dream” por la ventana?
Mitchell: Como todos los demás, a las 7 en punto cada noche mi esposa y yo nos asomábamos por la ventana y aplaudíamos y tocábamos tambores y ollas y sartenes en agradecimiento a los trabajadores esenciales. Un día, al terminar los aplausos, pensé, “creo que puedo cantar, creo que me siento lo suficientemente fuerte, creo que hacerlo sin toser”. Me dije qué demonios, voy a cantar “The Impossible Dream”, y la canté y vi a todos en la calle detenerse y mirar hacia arriba. Me escucharon y luego todos aplaudieron. Había mucha gente porque tengo vista a Broadway. Pensé que sería cuestión de sólo una noche, que esa era mi manera de dar las gracias… Al día siguiente estaba tocando las ollas como todo el mundo y cuando el aplauso murió alguien me gritó desde la calle “¡Canta la canción!”, así que volví a cantarla. Con el tiempo llegaron multitudes y fuimos noticia internacional.