El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva agradeció el miércoles la "solidaridad" del presidente argentino, Alberto Fernández, y del papa Francisco durante los últimos años, cuando enfrentó varias acusaciones que lo llevaron a la cárcel.
Fernández (centroizquierda) "fue la primera persona en llamarme después de la decisión" judicial que le devolvió sus derechos políticos y le permite ser una opción electoral en las presidenciales de 2022, dijo Lula en un discurso en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo (periferia de Sao Paulo).
También destacó el apoyo del papa Francisco: "No sólo porque me envió una carta con una persona que fue a visitarme [a la cárcel de Curitiba donde cumplía su pena] (...), sino también por el hecho de que tuvo el coraje de recibirme en el Vaticano donde tuvimos una larga conversación sobre la desigualdad" en febrero de 2020, agregó.
Lula también saludó al expresidente uruguayo José 'Pepe' Mujica, "una de las personas más extraordinarias que he conocido".
Mencionó igualmente al expresidente boliviano Evo Morales, al senador estadounidense Bernie Sanders, al expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y a la alcaldesa de París, Ana Hidalgo.
Después de su discurso, y en respuesta a un periodista, incluyó igualmente en la lista a los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
Refiriéndose a Maduro, Lula reiteró su posición de que "el problema de la democracia venezolana es del pueblo venezolano".
Un juez de la corte suprema brasileña anuló el lunes, por fallas de procedimiento, los juicios y condenas incoados contra Lula en el marco de la investigación Lava Jato sobre sobornos pagados por constructoras a políticos para obtener contratos en la estatal Petrobras.
Esa decisión no significó su exculpación, sino la transferencia de las causas a otro tribunal.
En su discurso, Lula se estimó "víctima de la mayor mentira jurídica contada en 500 años de historia" de Brasil.
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