Reseña: “Raya” es una aventura deslumbrante

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Contrario a lo que podría haberte hecho pensar “Game of Thrones” (“Juego de tronos”), no todos los dragones son agentes de destrucción. En la más reciente película de Walt Disney Animation, “Raya and the Last Dragon” (“Raya y el último dragón”), son amables, llenos de magia y, cuando se requiere, salvan a la humanidad.

Hace 500 años, nos cuentan en un prólogo, los dragones se sacrificaron por los humanos cuando una plaga maligna llamada Druun llegó a las tierras de Kumandra y convirtió a muchos en piedra. El reino, con forma de dragón, se dividió en fracciones: Cola, Garra, Corazón, Colmillo y Espina, que están perpetuamente al borde de la guerra. Sisu, la única dragona sobreviviente en el reino, no se ha dejado ver en cinco siglos.

Raya (en la voz de Kelly Marie Tran de “Star Wars” para el mercado anglo y de Danna Paola en español) es la joven princesa de Corazón. Su padre (Daniel Dae Kim) es el jefe de ese territorio quien sueña con poder reunir algún día a toda Kumandra en concordia. Pero las cosas no salen como quisiera y termina convertido en piedra. Raya comienza una búsqueda peligrosa por la dragona que cree que es su última esperanza.

La película es producto de una rara pero inspirada unión de codirectores: el mexicano Carlos López Estrada, quien fue un cineasta revelación en Sundance con “Blindspotting” (“Punto ciego”), y el veterano de Disney Don Hall (“Big Hero 6”), y fue coescrita por el dramaturgo Qui Nguyen y la coguionista de “Crazy Rich Asians” (“Locamente millonarios”) Adele Lim. El resultado es una aventura de fantasía adorable y maravillosamente imaginativa que tiene toques de “Indiana Jones” y es apta para toda la familia.

“Raya” tiene un comienzo un poco lento, pero vale la pena no despegarse de ella. Una vez que la protagonista comienza su misión, las cosas se aceleran bastante en buena medida por la presentación de Sisu, interpretada por la actriz y rapera Awkwafina (y en español por Carla Medina), quien no trata de disfrazar su voz maravillosamente distintiva. Raya descubre que Sisu no es la heroína que esperaba, pero eso es parte de su travesía. Su amistad crece al encontrar y continuar su viaje con otros desplazados o huérfanos por Druun, mientras que Raya debe confrontar a su principal enemiga, una princesa de otro territorio llamada Namaari (Gemma Chan), quien es parte de la razón por la que las cosas se salieron de control al principio de la historia.

La animación es tanto impresionante como muy de computadora. Por momentos, las escenas más largas de los humanos hablado comienzan a sentirse como el “valle inquietante” de las animaciones demasiado realistas y esto hace que uno se pierda los elementos dibujados a mano de la forma. Pero la animación a mano no podría crear vistas e imágenes del agua tan impresionantes. Es una avenencia y “Raya” es sin duda un banquete visual.

También es el mejor tipo de película feminista al no tener que machacar el mensaje. Raya puede ser increíble sin que el guion lo grite todo el tiempo. Aunque sí refuerza demasiado un mensaje sobre confianza, lo cual, bueno, está bien. Y la historia tiene a otra líder distópica de mediana edad vestida toda de blanco con un serio peinado corte para sus canas (la mamá de Namaari, en la voz de Sandra Oh). No es que sea inherentemente malo, simplemente es una elección floja para una película que, fuera de eso, es tan creativa.

“Raya” también se destaca por el simple hecho de tener un elenco de voces predominantemente asiático-estadounidense, una novedad para Disney Animation. La versión animada de “Mulan” (“Mulán”) también tuvo varios, pero muchos eran actores blancos haciendo papeles chinos. ¿Hará eso una diferencia para los niños que la vean? Probablemente no de momento, pero más adelante la autenticidad será apreciada.

“Raya and the Last Dragon”, un estreno de Walt Disney Pictures disponible en cines y en Disney+ el viernes, tiene una clasificación PG (que sugiere cierta orientación de los padres) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por “algo de violencia, acción y elementos temáticos”. Duración: 114 minutos. Tres estrellas de cuatro.

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Lindsey Bahr está en Twitter como www.twitter.com/ldbahr

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