EL CAIRO (AP) — Las autoridades en el oeste de Libia revelaron el sábado que habían detenido a un periodista local, dos días después de que desapareció en Trípoli, la capital, tras una conferencia de prensa del primer ministro.
El periodista Ziyad al-Warfali, de la televisión libia, desapareció después de la conferencia del flamante primer ministro Abdul Hamid Mohammed Dbeibah el jueves por la noche, indicó la autoridad de prensa en un comunicado.
En el comunicado se señaló que al-Warfali, empleado de la cadena televisiva al-Ghad al-Arabi, había sido arrestado, pero no detalló cuál de las numerosas agencias de seguridad, frecuentemente enfrentadas entre sí, lo detuvo. Tampoco reveló su ubicación, informando sólo que él sería liberado “pronto”.
El comunicado fue emitido después de que la familia y el empleador de al-Warfali habían denunciado su desaparición.
En la conferencia de prensa, al-Warfali preguntó sobre la suerte de Hannibal Gadafi, hijo del difunto líder Muamar Gadafi, quien se encuentra detenido en Líbano, según la Organización Libia por la Prensa Independiente.
También preguntó sobre la unificación del ejército libio, lo que requiere desmantelar varias milicias que han aprovechado los años de caos en el país norafricano rico en petróleo.
La autoridad de prensa indicó que al-Warfali no había obtenido el permiso requerido para trabajar como periodista en Libia.
La capital del país está controlada por varios grupos armados y milicias aliadas del gobierno respaldado por Naciones Unidas. Tales milicias han resultado difíciles de controlar por el gobierno de Trípoli anteriormente.
La semana pasada, Fathi Bashagha, el influyente ministro del Interior del gobierno libio, sobrevivió a una emboscada perpetrada por hombres armados mientras viajaba en una caravana en Trípoli. La oficina de Bashagha catalogó el ataque como un “intento de asesinato”.
Libia se encuentra sumido en el caos después de que un levantamiento de 2011 respaldado por la OTAN derrocara a Gadafi, quien luego fue asesinado. El país desde entonces se encuentra dividido entre gobiernos establecidos en el este y oeste del país, cada uno respaldado por grupos armados y gobiernos extranjeros.
Desde 2011, al menos cinco periodistas han muerto a manos de milicias, de acuerdo con el Comité para la Protección de Periodistas.