ORLANDO, Florida, EE.UU. (AP) — Annika Sorenstam no recuerda que el golf hubiera sido tan difícil.
Sin embargo, la mejor golfista de su época sonrió con mucha frecuencia el jueves, cuando disputó su primer torneo de la Gira de la LPGA en más de 12 años.
Con un birdie y un mal hoyo, la sueca firmó una tarjeta de 75 golpes, tres debajo del par, en el torneo Gainbridge, que se realiza en Lake Nona, el campo en el que juega ahora habitualmente de manera recreativa.
“Parece que este tipo de golf es un poco más estresante”, refirió.
Sorenstam se ubicó a 10 golpes de otra socia del Lake Nona, Lydia Ko, quien abrió con una tarjeta de 65 golpes, siete bajo par, y tomó una ventaja de dos impactos.
Desde luego, prácticamente nadie en esta semana espera que Sorenstam agregue un título a los 72 que consiguió en su carrera. Tampoco se pronostica que retome su carrera a los 50 años.
Simplemente, la Gira llegó al campo que Sorenstam considera su casa, y ella decidió jugar.
Con su movimiento característico y sus tiros de salida que aterrizaron a menudo en el fairway, no pareció que Sorenstam se hubiera ausentado de la LPGA desde el 23 de noviembre de 2008. En aquel año conquistó tres victorias pero decidió retirarse para formar una familia.
En cambio, el resto de su golf sí pareció ajeno a ella.
“Pude haber sido más agresiva en los putts. Pude haber sido más agresiva también con los hierros”, reconoció. “Estoy en un momento de mi vida en que eso no ocurre de forma automática. No puedo buscar los hoyos como lo hacía antes. Ahora, me concentro en buscar los greens. Creo que lo hice bien. Es un golf más estresante, pero en general me divertí”.
Los miembros del campo Lake Nona y algunos familiares de los participantes pudieron ingresar. Así, Sorenstam se topó con unas 150 personas congregadas en el tee del hoyo 1.
Es toda una multitud en la era de la pandemia.
“Yo estaba nerviosa. Lo estuve durante unos días”, dijo Sorenstam, quien añadió que practicó meditación por la mañana para serenarse.