Un panorama de los centros de esquí en Estados Unidos

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HANDOUT - Snowboard en la estación de esquí de Powder Mountain, en Utah. Foto: Powder Mountain Resort/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo
HANDOUT - Snowboard en la estación de esquí de Powder Mountain, en Utah. Foto: Powder Mountain Resort/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo

Esquiar en las Montañas Rocosas es el sueño de muchos apasionados por los deportes de invierno. Pero Vail, Aspen, Park City y Lake Tahoe no son, ni por mucho, los únicos centros de esquí de Estados Unidos que atraen a los esquiadores a sus pistas o a las áreas fuera de los límites señalizados. 

Esto ya es una de las mayores diferencias entre los Alpes y Norteamérica. Mientras que en Europa, desde 4 Vallées hasta Obertauern, se cuentan los kilómetros de pistas, en Estados Unidos y Canadá se habla de "acres esquiables", es decir del tamaño de las superficies en las que se puede practicar esquí tradicional y snowboard. 

Y en algunas regiones, las áreas de esquí fuera de pista (backcountry), no preparadas especialmente para practicar el deporte, son mucho mayores a las de pistas convencionales (groomed). 

Sorprendentemente, ni Colorado ni California cuentan con la mayor cantidad de estaciones de esquí de Estados Unidos, pese a que albergan los centros más conocidos. 

Incluso Utah, con 14 zonas de esquí, algunos de los resorts más grandes y con su nieve en polvo, se encuentra relegada de los primeros puestos.

Según la estadística de la Asociación Nacional de Áreas de Esquí, el estado de Nueva York lidera el ranking con 51 centros de esquí. Michigan, en la frontera con Canadá, suma 40, mientras que Wisconsin y Colorado tienen cada uno 31. 

Los amantes de los deportes invernales disponen en Estados Unidos de un total de 470 zonas y centros de esquí, algunos de ellos incluso en estados del sur del país, como Alabama, Missouri y Tennessee. 

Junto con Nueva York y las Montañas Rocosas, Nueva Inglaterra es un buen punto de partida para los esquiadores. Se pueden encontrar estaciones de esquí en los seis estados: Massachusetts (13),  Connecticut (5), Rhode Island (1), Vermont (23), New Hampshire (30) y  Maine (18).

Resulta interesante saber a quién pertenece cada centro porque el pase de esquí no solo es válido para aquella estación donde se adquiere sino también en otros resorts del mismo operador. 

También vale la pena dar siempre una mirada a la página web del centro de esquí para aprovechar descuentos, ya que los pases de esquí son notablemente más caros en Estados Unidos que en los Alpes.

La estación de esquí más antigua del país es el Howelsen Hill Ski Area, en el estado de Colorado, donde ya en 1915 se podía subir a la montaña para disfrutar de la nieve.

Sin embargo, se considera que el verdadero primer centro de deporte invernal fue Sun Valley, en Idaho, que fue puesto en marcha a finales de 1930 por el empresario y político W. Averell Harriman. 

Dollar Mountain, en Sun Valley, no solo era apta para principiantes, sino que también fue la primera montaña en la que se instalaron telesillas. 

Las zonas de esquí de Estados Unidos, en particular las de la costa este, no se encuentran especialmente a mucha altura. En la Alaska ártica incluso se puede bajar esquiando hasta casi el nivel del mar. 

Sin embargo, muchas regiones registran inmensas nevadas. La primera es el Monte Baker, en el estado de Washington, donde cae una media de 16,8 metros de nieve al año. Más al interior, en Colorado o Utah, la nieve es más seca y, por tanto, más agradable para esquiar.

Los centros de esquí de Estados Unidos están expuestos a otros fenómenos climatológicos que los que afectan a sus pares de Europa. 

El país cuenta con solo dos grandes cadenas montañosas, las Montañas Rocosas en el oeste y los Montes Apalaches en el este. Ambas atraviesan la nación de norte a sur. Solo una pequeña cresta montañosa en el estado de Utah, las montañas Uinta, cerca de Salt Lake City, recorre la región de este a oeste.

Las temperaturas también cambian más rápidamente. Llueve un día, pero en muy poco tiempo el tiempo puede cambiar para luego nevar sin parar durante días.

La mayor estación de esquí, medida según las pistas preparadas, es Park City en Utah, desde que las zonas de Park City Mountain y Canyons se conectaron con un remonte hace unos años.

La gigantesca área de esquí se ubica a 2.100 metros de altura sobre el nivel del mar, y allí el aire es más liviano y frío durante todo el invierno. La elevación más alta de la estación de esquí mide 3.056 metros. 

La segunda estación más grande de Estados Unidos también está en Utah: Powder Mountain. Ubicado cerca de la localidad de Eden, el centro de esquí dispone de más hectáreas esquiables pero menos pistas preparadas. 

También es muy conocida en Utah la estación Deer Valley, pero es independiente y no permite la práctica de snowboard en sus pistas.

El centro de esquí ubicado más al norte está en Alaska. A principios de los años 60, Chris von Imhof llegó desde la localidad alemana de Garmisch-Partenkirchen a Alaska, a lo que él llamó "un país en desarrollo de los deportes de invierno". En aquel momento había una telesilla y una especie de cabaña, nada más. 

Pero el Alyeska Resort, desde el que se disfruta de una vista panorámica de ensueño de la ensenada de Cook, el Pacífico Norte y las montañas y glaciares, se fue desarrollando cada vez más, al igual que el hotel, del que von Imhof fue el director durante muchos años.

Hoy es la mayor estación de deportes invernales de Alaska, con 76 pistas y muchas hectáreas de "backcountry" (terreno para esquí fuera de pista).

En tanto, el destino más exótico para esquíar en Estados Unidos está ubicado en su estado más joven, Hawaii.

El extinto volcán Mauna Kea no posee infraestructura y se necesita un vehículo todoterreno para llegar a la cima de 4.207 metros de altura. También hay que ser un buen esquiador o manejar bien la tabla de snowboard para lanzarse por la Montaña Blanca -tal es su traducción- porque en cualquier momento pueden cambiar las condiciones.

Durante el invierno las temperaturas oscilan entre los cuatro grados bajo y sobre cero, pero el fuerte viento que suele soplar en esta isla tropical garantiza orejas frías y buena nieve. 

dpa 

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