Gane Naomi Osaka o no el campeonato del Abierto de Australia — y hay que dejar en claro que se espera que gane — esto es cierto: el tenis tiene una nueva figura dominante.
Seguro, es posible que Osaka podría perder ante Jennifer Brady, la 22da cabeza de serie, en el duelo por el título del sábado en el Melbourne Park.
Después de todo, Brady también ha irrumpido por su juego potente en canchas duras, gracias a su fuerte servicio y revés. Llevó a Osaka al tercer set antes de perder la semifinal del Abierto de Estados Unidos en septiembre y ahora se sobrepuso a una estricta cuarentena de dos semanas en Australia para alcanzar su primera final de Grand Slam.
Pero es Osaka, tercera preclasificada, quien abrumó a Serena Williams en la semifinal.
La japonesa es la que ostenta una racha de 20 triunfos que se remonta a la pasada temporada.
Y es la que busca su segundo título del Abierto de Australia y el cuarto trofeo de Grand Slam — y apenas tiene 23 años.
Al igual que Williams, campeona de 23 grandes, Osaka sale a la pista con una determinación avasalladora en los momentos decisivos de las grandes citas del tenis. Tiene un récord combinado de 11-0 en cuartos, semifinales y finales de Grand Slam.
“Lo que tengo en mente es que nadie recuerda a los subcampeones. Podría ser, pero el nombre del campeón es el que queda grabado”, aseguró Osaka, quien nació en Japón, de madre japonesa y padre haitiano, antes de que la familia se mudara a Nueva York cuando tenía 3 años.
Williams tenía marca de 8-0 en semifinales del Abierto de Australia hasta que Osaka puso fin a su racha con el triunfo 6-3, 6-4 el jueves, llevándose los últimos ocho puntos del partido tras quedar igualadas 4-4 en el segundo set.
Su estilo de juego es similar al de Brady en el nivel más esencial: martillazos con el saque, una derecha fulminante y una firme actitud en la cancha.
Brady tuvo una probada durante un entretenido duelo en Nueva York el año pasado ante Osaka.
“Ella te presiona para que saques bien, por que ella gana los puntos de servicio en 45 segundos, viene a ti con gran poder, entonces te presiona para que seas agresiva e intentes tener el primer golpe. De otra manera vas a ser tu la que va a estar corriendo y no quiero estar corriendo”, dijo Brady, de 25 años. “Te presiona para que juegues bien”.
Brady reconoció que espera enfrentar algo nunca antes de visto de Osaka en esta ocasión.
Es natural, dada la importancia.
La clave será limitar cuánto — o cuánto tiempo — esto afecta su juego.