Montar el Abierto de Australia, una tarea implacable

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MELBOURNE (AP) — Podrían haberlo cancelado en cualquier momento. Y aún podrían hacerlo.

El director del torneo del Abierto de Australia Craig Tiley se hizo la idea desde el principio que realizar el primer Grand Slam del año en medio de la pandemia de COVID-19 sería un golpe financiero.

Los organizadores han recurrido a 62 millones de dólares de las reservas en efectivo, que acumularon a lo largo de 10 años. También pidieron un préstamo para arrancar el primer grande del tenis.

A pesar de los obstáculos, Tiley se mantuvo enfocado en un punto clave, lo cual les ha distinguido.

Tiley dijo a The Associated Press que no sólo se comprometió a realizar el torneo en su periodo habitual del año (fue aplazado tres semanas por temas de calendario), sino que buscaba algo que ningún otro Grand Slam había podido en un año de pandemia: contar con una considerable cantidad de público.

“Ese fue el ángulo que decidimos y sabíamos que era una oportunidad de mostrar al deporte y que los tenistas jugaran frente a aficionados”, admitió Tiley, quien se veía agotado mientras portaba una máscara en una sala de conferencia junto a su oficina en la arena Rod Laver.

El Abierto de Estados Unidos se disputó sin aficionados y el Abierto de Francia estuvo limitado a 1.000 personas por día. En los primeros cinco días del Abierto de Australia promediaron 20.000 espectadores por día.

“Se estaba gestando un agradable momento”, dijo Tiley, “hasta que —boom— todo cambió”.

El “cambio” fue un confinamiento estricto de cinco días que comenzó el sábado y que impuso el gobierno de Victoria. Intentan aplastar un brote de COVID-19 que fue vinculado al sistema de cuarentena en los hoteles de Melbourne.

El personal de Tiley tenía un plan de contingencia listo en caso de confinamiento y saltaron a la acción.

“Mañana el gobierno podría decir que tenemos 10 nuevos casos y queremos que cierres el lugar”, admitió en una entrevista del fin de semana. “Tenemos un plan para eso, pero no es lo que esperamos”.

A pesar del alto costo y los retos, cancelar el Abierto de Australia sólo fue considerado brevemente este año y rápidamente lo descartaron, dijo Tiley.

Financieramente los sacrificios de este año obligarán a una contracción del torneo en los años venideros.

“Vamos a empezar de cero”, aseguró Tiley, exjugador, exentrenador y ejecutivo deportivo en Sudáfrica, Estados Unidos y Australia.

Pero agregó que esto obligó a que su equipo encontrara formas creativas de diversificar los ingresos.

Las estrictas restricciones en Australia derivaron en quejas de varios jugadores, las cuales, según Tiley, se tornaron “agresivos” en ciertos momentos.

Los reclamos fueron mayores por parte de los 72 jugadores que debieron cumplir una rigorosa cuarentena de 14 días luego que pasajeros en sus vueltos fletado a Australia dieron positivo en COVID-19. Al no poder salir de sus habitaciones de hotel durante dos semanas, algunos tenistas se quejaron que no estaban en condiciones físicas optas para disputar un Slam.

El número uno mundial Novak Djokovic envió a Tiley una carta sugiriéndole medidas para aflojar las restricciones de los jugadores, como permitirles alojarse en casa con canchas de tenis privadas. El astro serbio dijo después que sus intenciones fueron “mal interpretadas como egoísta, difíciles y malagradecidas”.

Tiley dijo que debió responder a más de 60 llamadas de teléfono con los jugadores durante esas dos semanas de cuarentena, pasando 4 horas y media escuchando sus inquietudes.

“La gente que más se quejó irónicamente siguen en el Abierto de Australia y sus quejas eran que no tuvieron tiempo suficiente para prepararse", dijo sin mencionar nombres.

Las quejas le dolieron dado que el torneo, a su juicio, hizo lo mejor posible en medio de las circunstancias.

“Ofrecimos 86 millones de dólares australianos (66,7 millones de dólares) en premios. La bolsa de premios es la misma en medio de una pandemia cuando todo el mundo ha aceptado recortes", dijo. “Pagamos los vuelos fletados, cubrimos todos sus costos”.

Enfatizó que las quejas han sido de un puñado de jugadores, y que la mayoría ha expresado su apoyo.

Grigor Dimitrov lo resumió tres derrotar a Dominic Thiem el domingo.

“Tenemos que agradecer poder jugar en un torneo en plena pandemia, y ahacerlo en un momento tan delicado como este", dijo. “Me parece asombroso”.

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