Jubilados en lugar de hippies y Hare Krishna en la isla india de Goa

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ARCHIVO - La espiritualidad omnipresente:
ARCHIVO - La espiritualidad omnipresente: los templos coloridos asoman una y otra vez en las orillas durante la excursión en bote por los pequeños canales. Foto: Bernd Kubisch/dpa

Un miércoles cualquiera, justo antes de la puesta de sol en la playa de Anjuna. El ambiente festivo comienza cuando el calor baja un poco. Pronto las primeras lámparas iluminan los puestos del mercadillo de Anjuna, que nació en la época hippie de los años 70.

El rock, las canciones de otra época y el sonido de la región india de Goa penetran en el oído, en los pocos pasos que separa este mercadillo de la playa.

Las sombras de las palmeras ondean sobre la arena, el sol se hunde poco a poco en el océano y finalmente las estrellas brillan en el cielo. Siempre se puede ver a algunos enamorados tomados de la mano en el acantilado de Tantra Rock, mientras los niños juegan en la playa.

La fiesta dura hasta bien entrada la noche, a veces más. Y esos momentos de la velada, entre el mercado y el mar, son probablemente los más bellos de Goa, antiguo destino de peregrinación de los hippies en la costa oeste de la India.

Goa fue colonia portuguesa durante 450 años, y aún hoy en día muchos católicos siguen viviendo en este estado ubicado en el este de India. A finales de 1961, las tropas indias entraron y expulsaron a los gobernantes coloniales. Unos años más tarde, los primeros hippies llegaron a Goa y encontraron un paraíso en la tierra.

Estrellas de cine de Bollywood y otras personas adineradas construyeron mansiones lujosas con piscinas y vistas al mar en las verdes colinas de la zona, dotadas con cocoteros.

Pero en pleno siglo XXI, son los pensionistas de Múnich, Londres, Roma, Sydney o Chicago los que deciden pasar el invierno allí, a 600 kilómetros al sur de Bombay. Sobre todo se puede encontrar jubilados del Reino Unido.

El mercadillo de los miércoles en Anjuna es una experiencia multicultural. Los vendedores vienen de todas partes de la India, pero también hay algunos que vienen de Australia, Estados Unidos y España.

Muchos extranjeros son fieles a Goa desde hace años, y a menudo viven aquí con poco dinero, vendiendo productos que ellos mismos hacen.

Durante el día hace calor. Las esteras de mimbre y los improvisados toldos de plástico entre los troncos de las palmeras y los palos de bambú proporcionan algo de sombra. Es imposible evitar el olor de la canela, el curry, el clavo o el cardamomo que desprenden los sacos abiertos de estas especies.

Decenas de tipos de té se presentan frescos y sin envasar en grandes cuencos. Los vendedores de Cachemira y Rajastán despliegan su artesanía y la ropa de su lejana patria en coloridas telas. Blusas, saris y túnicas bailan al viento, colgados en cuerdas o en los mismos tenderetes.

Los trajes tradicionales indios, los opulentos tapices y, para contrastar, la "moda punk psicodélica" de colores chillones también interesan a los visitantes, entre ellos muchas familias de otras partes de la India.

No todos compran algo, pero estar allí, ver y ser visto, comer, beber, escuchar música en directo forma parte del disfrute y eso es también muy importante.

Otro lugar, otro mercado: el "Collective Bazaar" de Goa, cerca de la playa Vagator, los viernes por la tarde.

Allí, Francesco Musico coloca con esmero piedras semipreciosas y joyas hechas a mano en una mesa plegable. Este italiano de 73 años tiene el pelo largo y canoso, barba, va con el torso al aire y tiene una actitud afable.

A nada que se intercambien dos palabras con él cuenta que lleva décadas en Goa. "Quien quiera puede llamarme hippie", dice de sí mismo. Y sobre Goa asegura: "Todo el mundo puede encontrar aquí la felicidad, la paz, el amor y una vida sin estrés si es tolerante y mantiene el corazón y los ojos abiertos".

Este mercado, al que dan sombra las numerosas palmeras del lugar, está vallado. Para acceder hay que pagar una entrada de 100 rupias, algo más de un dólar (poco más de un euro). Muchos troncos están decorados de forma colorida, por ejemplo, con dibujos de jirafas.

Aquí se pasean menos indios que en Anjuna, pero hay más extranjeros y trotamundos. Los productos son en parte más seleccionados y un poco más caros. Sin embargo, en comparación con Europa, todo sigue siendo bastante económico.

El "Collective Bazaar" es un mercado al aire libre y un lugar de entretenimiento al mismo tiempo. Los puestos de comida y los bares sirven cócteles y delicias de todo el mundo. Cada uno lleva lo que le gusta. En el escenario y en la pista de baile, la gente juega, canta, salta, bebe y charla hasta altas horas de la noche.

La fiesta de los mercados continúa el sábado por la tarde hasta bien entrada la noche en la cercana Arpora, donde se puede escuchar tocar a grupos en directo.

Aquí la selección de especias, textiles y ropa es especialmente amplia, al igual que la variedad de comida: pollo a la barbacoa y al curry, pollo masala finamente especiado, pizza, puré de lentejas indio, hamburguesas, sopas, albóndigas fritas, helados, pasteles.

Los turistas de piel llamativamente blanca solían ser en su mayoría británicos que escapaban de su triste clima. Pero ahora, masas de turistas procedentes de Rusia, Ucrania y Kazajistán también han puesto sus ojos en las animadas playas y las compras baratas.

"La mayoría de los vuelos chárter proceden de Rusia, pero desgraciadamente no hay ninguno de Alemania desde hace un par de años", afirma Jagdeep Thombare, de India Tourism Goa, en Panaji.

Debido a la gran demanda, los operadores turísticos rusos tienen las mejores opciones de conseguir buenos precios con los hoteles de Goa. Y el económico comercio local se entusiasma con vender a rusos y otros extranjeros.

Los turistas que acuden a Goa interesados por el bienestar de su alma y la salud también demandan el yoga y el ayurveda. El movimiento Krishna, con el que muchos hippies solían simpatizar, se ha aquietado.

Los residentes y también los políticos regionales se quejan de que el antiguo paraíso vacacional de Goa se ha convertido en un crisol de fiestas nocturnas ilegales en la playa, así como un polo de prostitución y drogas en algunos lugares. Piden más controles policiales, pero estos son escasos.

A diferencia de Tailandia, no hay bares donde encontrar mujeres, pero sí hay clubes y bares que frecuentan indios acomodados y turistas.

Una de las razones por la que muchos indios deciden veranear en Goa es por el alcohol, sobre todo los residentes en Bihar, Gujarat y Nagaland. En estos estados, la venta de cerveza, vino y licores están absolutamente prohibidos.

"En Goa es muy fácil conseguir alcohol. Aquí es donde vi por primera vez a hombres bebiendo cerveza en las calles de los lugares turísticos. Increíble", comenta un padre de familia de Bihar, que está de vacaciones en Goa con su mujer y sus cuatro hijos.  

Se ha sumado a una excursión en el barco "Paulo" para observar la puesta de sol mientras la nave cruza la bahía frente a la ciudad principal de Panaji. Desde allí se puede contemplar el Fuerte Aguada, un motivo fotográfico popular en la zona.

Pero son muchos los hombres que no abandonan el bar de la cubierta superior. Allí disfrutan de la cerveza india Kingfisher, del whisky y los cócteles con aguardiente de anacardo. Además se suelen servir pistachos y cacahuetes de acompañamiento.

Muchos turistas reservan una excursión en autobús por el norte de Goa, hasta Anjuna, y para recorrer las partes antiguas de Goa. Otra de las excursiones populares se dirige hacia el sur, con sus playas de arena fina y bastante tranquilas, como Benaulim.

Una excursión en autobús cuesta 400 rupias, unos 5,5 dólares (no llega a cinco euros). También se pueden alquilar ciclomotores o motocicletas por entre 350 y 500 rupias al día. Muchas empresas de alquiler ni siquiera piden un permiso de conducir válido. Además, muchos conductores son descuidados, conducen sin seguro y sin casco.

Lo más divertido suele ser el viaje en el aireado y traqueteante tuk tuk, una motocicleta de tres ruedas.

En el camino no dejan de deslumbrar los exuberantes colores a lo largo de las vías fluviales con los barcos de pesca en blanco y azul, hojas de palmera verdes y en el fondo una y otra vez pequeños templos, en su mayoría en tonos amarillentos, ocres y rojos.

Las cúpulas de los templos brillan a la luz del sol. Muchos turistas se bajan del autobús en pequeñas embarcaciones de excursión que navegan por los canales.

Goa sigue teniendo sus encantos. Pero muchas de las personas que viajan a la India se sienten atraídos ahora por el sur. Kerala ofrece maravillosas playas y viajes de ensueño en casas flotantes en canales muy ramificados, y todavía no tiene un turismo multitudinario tan pronunciado.

INFORMACIÓN SOBRE GOA

Cuándo viajar: Los meses de octubre a mayo se consideran los mejores. Las temperaturas rondan los 26 grados de media, en abril y mayo sobre los 30 grados. Entre junio y septiembre la mayor parte del tiempo se registran precipitaciones parcialmente intensas y fuerte oleaje debido a la época de los monzones. En esa temporada los mercados están cerrados.

dpa

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