Madrid, 3 feb (EFE).- Ni digitales ni presenciales, las presentaciones de moda del futuro serán “phygital”, un nuevo término que hace referencia al formato que hibrida los desfiles y los filmes de moda utilizados como alternativa durante la pandemia, posicionándose entre ambas opciones como método del futuro.
¿Morirán los documentales de moda cuando acabe la pandemia? La cuestión lleva meses en el aire, causando un debate entre expertos que se posicionan a favor o en contra de las nuevas vertientes digitales que, debido a las medidas sanitarias, destierran los desfiles en directo abarrotados de público en pos de las pantallas, lanzando la pregunta de cuál será el caballo ganador en el futuro.
La plataforma digital “Vogue Runway”, encargada de retransmitir contenido ligado a los desfiles y calendarios de la moda en directo retomaba de cara a esta semana de la Alta Costura de París, celebrada del 25 al 28 de enero, el “hashtag” “#VoguePhygitalRunway”, bajo el que aglutinar en Instagram todo tipo de publicaciones sobre desfiles de moda celebrados siguiendo esta vertiente.
Un término que ya introducía el pasado marzo el British Fashion Council -organización que promueve diseñadores y eventos de moda en el Reino Unido-, cuando anunció que las siguientes semanas de la moda se acogerían al formato “phygital”, haciendo que este nuevo vocablo se abriera camino como una alternativa que, cimentada en lo digital, mantiene elementos de lo físico.
Combinando presentaciones presenciales que extreman medidas de aforo y seguridad con piezas audiovisuales como entrevistas a diseñadores o documentales sobre procesos creativos y de confección, ya son varios los países, semanas de la moda y firmas los que se han posicionado a favor de lo “phygital”.
El formato mantiene el halo de exclusividad intrínseco a presentaciones de moda de casas de costura y también se beneficia de las posibilidades de difusión y creatividad que ofrecen las piezas audiovisuales, abriendo una ventana hacia el mundo de la moda que, habitualmente, quedaba reservada a unos pocos prescriptores tras invitaciones exclusivas.
En septiembre, semanas de la moda del circuito internacional como Londres, Nueva York, Milán, París o la española Mercedes-Benz Fashion Week Madrid se acogían a esta modalidad durante el mes más significativo para esta industria, ofreciendo las primeras colecciones expuestas vía “phygital”.
Un nuevo paradigma que confirmaba así la teoría aportada, en un vídeo directo de Instagram, por Esther García Capdevila, regidora de la pasarela madrileña y responsable de algunos montajes en la Semana de la moda de Nueva York. García apuntaba que “los desfiles de moda no desaparecerán”, pero “convivirán” con estas nuevas formas.
Aforos reducidos para las presentaciones, uso obligatorio de mascarillas, implantación de distancias de seguridad y medición de la temperatura imperan en la asistencia a pequeños eventos, que son emitidos en directo de forma complementaria a otro tipo de contenidos que, aunque no son plenamente inmersivos, intentan acercar el espectador a las firmas.
“Me hice a mí mismo una pregunta: ¿Pueden coexistir tradición y tecnología? ¿Sigue siendo la moda relevante hoy en día?¿Y saben qué? La respuesta es sí, es un gran ‘sí’, porque cuando las cosas no van bien, necesitamos la moda”, explicaba a cámara el diseñador Alber Elbaz durante el vídeo sobre su nueva colección en pleno corazón de la Semana de la Alta Costura de París.
Con el inicio de esta cita con la moda de París, muchas de las firmas se decantan por esta modalidad, como es el caso de Armani, que ha llevado a cabo un espectáculo a puerta cerrada en el Palazzo Orsini, una de las mansiones que la firma posee en Milán desde donde ha retransmitido su desfile en directo.
También Chanel, que recreó una pequeña celebración, con un público selecto formado por Penélope Cruz, Vanessa Paradis y su hija Lily Rose Depp, o Marion Cotillard que, sentadas con mucha distancia, observaban el desfile orquestado por Virginie Viard.
“Los espectáculos son un componente importante de la industria de la moda, y seguirá siendo así… Los eventos físicos siempre tendrán nuestra preferencia, pero mientras haya incertidumbre, debería haber flexibilidad”, argumentaba tajantemente Ralph Toledano, presidente de la Federación Francesa de la Alta Costura en una carta publicada por Vogue en la pasada edición.
Un vaticinio que también comparte Steven Kolb, presidente del Consejo de diseñadores de moda americanos (CFDA), quien explicaba que, aunque un desfile sin público puede ser “una solución a la crisis actual” debido al coronavirus, “nada se puede comparar a vivir esta experiencia en primera persona”.
Un puente entre el universo digital y el tangible que se erige como solución definitiva para expandir los universos creativos del mundo de la moda que, lejos de tambalearse, se reconvierten en pos de avanzar.
María Muñoz