SAN JUAN (AP) — Una junta federal de control de Estados Unidos reveló el viernes que el gobierno de Puerto Rico pagó más de 28 millones de dólares en salarios en meses recientes a personas que ya no trabajaban para el Departamento de Salud de la isla, pese a que funcionarios el año pasado llamaron la atención sobre el problema.
El anuncio se produjo durante una reunión de la junta federal que supervisa las finanzas de Puerto Rico en momentos en que el territorio pasa por un proceso de bancarrota.
“Es un escándalo total”, dijo el miembro de la junta Antonio Medina. “Es el peor tipo de corrupción. Es robarles el futuro a nuestros niños”.
La junta mencionó el problema inicialmente en septiembre, anunciando que se había puesto en contacto con agencias federales y locales del orden tras descubrir que entre 2007 y 2020 el Departamento de Salud pagó más de 84 millones de dólares en salarios a unas 17.500 personas que ya no trabajaban allí.
La junta dijo que el departamento no cumplió con su requerimiento de implementar un sistema de tiempo y asistencia para mediados de diciembre.
“No me sorprende”, dijo el miembro de la junta Andrew Biggs. “Luego de cuatro años de observar al gobierno de Puerto Rico en acción, esto no me sorprende para nada”.
Apuntó que hace unos años el gobierno había invertido 33 millones de dólares en un sistema de software de horarios y asistencia que nunca fue implementado, ocasionando una pérdida de más de 84 millones de dólares en más de un decenio. El departamento tiene uno de los mayores presupuestos del gobierno de Puerto Rico, con 1.360 millones de dólares asignados para el año fiscal 2021 y la junta pidió que se recorte el presupuesto si no se recuperan más de 28 millones de dólares.
El gobernador Pedro Pierluisi, que asumió el puesto este mes y es el primer gobernador en participar en las reuniones de la junta, dijo que no estaba al tanto de los pagos recientes. Prometió implementar el sistema de horarios y asistencia y añadió que quienes recibieron paga sin trabajar para el gobierno serán hechos responsables.
“Tendrán que pagar, de una forma u otra”, dijo. “Que no haya dudas, vamos a lidiar con eso”.
El problema se conoce en momentos en que la isla continúa reestructurando su deuda pública de más de 70.000 millones de dólares, acumulada durante décadas de préstamos para cubrir déficits disparados.
El territorio anunció en 2015 que no podía pagar su deuda pública. Dos años después, solicitó la mayor protección federal por bancarrota en la historia de un municipio estadounidense.