WASHINGTON (AP) — Las imágenes y la retórica de muchos cristianos asociadas con la toma del Congreso han avivado un debate en torno al impacto que tiene la promoción de los valores cristianos combinada con una versión exclusivista de nacionalismo
Muchos de los insurrectos que ocuparon el Capitolio el 6 de enero portaban carteles con mensajes cristianos y hay un video que muestra a un grupo rezando, encabezado por un individuo con un sombrero de plumas y cuernos en la cabeza en el salón del Senado. Hubo asimismo numerosos miembros de las fuerzas armadas o de la policía y un legislador de Virginia Occidental.
La creciente popularidad del nacionalismo cristiano es resistida por los líderes de muchas denominaciones y una Comisión Bautista Adjunta de Libertades Religiosas formó una coalición llamada Cristianos Contra el Nacionalismo Cristiano en el 2019. Luego de la insurrección de Washington, otros líderes cristianos denunciaron lo que consideran un uso erróneo de su fe para justificar un ataque violento a una sede del gobierno.
Russell Moore, presidente de la división de la Convención Bautista del Sur abocada a las políticas públicas, dijo que cuando vio carteles que decían “Jesús Salva” junto a un patíbulo levantado por los revoltosos, “me enfurecí como nunca lo había hecho”.
“Esto no solo es peligroso y poco patriótico, sino también blasfemo, porque presenta una imagen de los evangelios de Jesucristo que no figura en los evangelios y que es todo lo contrario”, agregó.
Dwight McKissic, pastor de Black Southern Baptist que ha criticado el manejo que hacen los líderes de esa iglesia de las injusticias raciales, los exhortó en un tuit a “denunciar esta muestra flagrante de nacionalismo cristiano blanco” por parte de los sublevados.
Para combatir lo que clérigos tanto liberales como conservadores consideran el mal uso de su fe, no obstante, primero deben definir lo que quiere decir la expresión nacionalismo cristiano. Cristianos Contra el Nacionalismo Cristiano la describen como una ideología que “exige a la cristiandad ser privilegiada por el estado e implica que para ser un buen estadounidense, hay que ser cristiano”.
Durante un foro virtual de la coalición llevado a cabo esta semana, una prominente líder destacó que la devoción por el país y por Dios pueden coexistir sin que la persona sea un nacionalista cristiano.
Es “muy importante comprender que no estamos condenando el patriotismo”, expresó la reverenda Elizabeth Eaton, quien dirige la Iglesia Luterana Evangélica de América. Los cristianos, acotó, “pueden ser participantes activos de la arena pública” sin alejarse de su fe.
El reverendo Walter Kim, presidente de la Asociación Nacional de Evangélicos, hizo un comentario similar en una entrevista, en la que habló del efecto corrosivo de “una convergencia de la identidad nacionalista y la identidad cristiana”.
“Yo quiero a mi país y, como hijo de padres inmigrantes, estoy muy agradecido por la esperanza que esta nación representa”, declaró Kim. “Pero como cristiano, me debo más que nada a Cristo”.
Algunos partidarios de Donald Trump dicen que denunciar el nacionalismo cristiano es una forma de cuestionarlos políticamente. El exrepresentante Allen West, hoy presidente del Partido Republicano de Texas, dijo el martes, en un foro con otros religiosos conservadores auspiciado por la organización Mi Fe Vota, que se usa esa expresión para criticar a aquellos “que no están de acuerdo con una agenda progresista, con una ideología socialista”.
Los esfuerzos por alejar a los cristianos de un nacionalismo religioso tropiezan también con QAnon, la teoría conspirativa que impulsó a muchos de los sublevados del 6 de enero.
En un video filmado por un periodista de New Yorker durante la toma, el individuo del sombrero de piel, Jacob Chansley, conocido como el “shaman de QAnon”, agradeció a Dios “por permitir un renacer de Estados Unidos”. Mientras él rezaba, otros sublevados guardaron silencio, como si participando de la plegaria.
Robert Jones, CEO del Instituto Público de Investigaciones Religiosas, una agrupación independiente sin fines de lucro, dijo que QAnon ofrece una serie de premisas falsas que presentan una visión “muy apocalíptica del bien contra el mal”, que considera a los miembros del partido de Trump verdaderos creyentes y a los demócratas paganos.
“El hecho de que vimos a QAnon, los supremacistas blancos y los cristianos blancos participando juntos en un violento ataque al Capitolio quiere decir que sobre todo los cristianos blancos tienen que hacer una profunda autocrítica”, manifestó Jones, autor de dos libros sobre los cristianos blancos de Estados Unidos.
El autor de libros sobre el cristianismo Jemar Tisby dijo en un email que la presencia de cristianos entre la turba indica que “los nacionalistas violentos han encontrado formas de poner símbolos religiosos al servicio de sus fines malévolos”.
Moore dijo que empezó a hablar con pastores para combatir la influencia de QAnon en sus congregaciones y que planea ofrecer más recursos con ese fin.
“Una de las barreras que encontramos para enfrentar estas teorías conspirativas es que muchos pastores y otros líderes piensan que son cosas tan alocadas que no es necesario hablar de eso”, manifestó. “Pero vivimos tiempos muy locos”.
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