LA HAYA, Holanda (AP) — Las autoridades en varios países unieron fuerzas contra una de las piezas de malware más peligrosas del mundo que permitía a las bandas criminales instalar software malicioso y robar datos de los usuarios de computadoras.
Las agencias policiales y judiciales de la Unión Europea —Europol y Eurojust— dijeron el miércoles que los investigadores tomaron el control de la infraestructura detrás de una botnet llamada EMOTET. Una botnet es una red de ordenadores secuestrados que se utilizan para llevar a cabo ciberataques.
Las autoridades de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Holanda, Lituania, Reino Unido y Ucrania participaron en la operación internacional coordinada por las agencias Europol y Eurojust, con sede en La Haya.
Los fiscales holandeses dijeron que el malware se descubrió por primera vez en 2014 y que “evolucionó hasta convertirse en la solución de referencia para los ciberdelincuentes a lo largo de los años”. La infraestructura de EMOTET actuaba esencialmente como una llave de acceso a los sistemas informáticos a escala global, de acuerdo con las autoridades.
Los fiscales holandeses dijeron que dos de los principales servidores de la infraestructura estaban ubicados en Holanda y un tercero en otro país no revelado. La fiscalía dijo que el daño causado por EMOTET asciende a cientos de millones de euros.
El software malicioso se instalaba a través de archivos adjuntos en correo electrónicos infectados que contenían documentos de Word.
“Se utilizaron una variedad de diferentes señuelos para engañar a los usuarios desprevenidos para que abrieran estos archivos adjuntos maliciosos”, dijeron los fiscales holandeses en un comunicado. “Anteriormente, las campañas de correo electrónico de EMOTET también se presentaban como facturas, avisos de envío e información sobre el COVID-19.
Europol dijo que las agencias policiales se unieron para derribar la infraestructura criminal desde su interior.
No es la primera vez que las autoridades infiltran operaciones informáticas ilícitas. En 2017, la policía cerró el principal mercado mundial de la llamada “darknet”. Posteriormente, la policía holandesa se apoderó silenciosamente de un segundo mercado para recaudar información sobre los vendedores y compradores de drogas ilícitas.