LISBOA (AP) — Portugal celebraba el domingo elecciones presidenciales en medio de un devastador repunte de COVID-19. Se esperaba que el actual presidente, de corriente moderada, obtuviera un segundo mandato de cinco años en el país miembro de la Unión Europea.
El jefe de Estado en Portugal no tiene poder legislativo, que reside en el gobierno y el parlamento, pero es una figura influyente en la gobernanza del país.
Marcelo Rebelo de Sousa, de 72 años, está considerado como el claro favorito entre siete candidatos. Es un afable y cercano profesor de derecho, que durante una época fue invitado habitual en programas de televisión. Ha mantenido una popularidad del 60% o más durante su mandato.
Para ganar, un candidato necesita más del 50% de los votos. Pero un brusco repunte en los contagios de coronavirus en los último días podría reducir la participación y quizá llevar a una segunda vuelta el 14 de febrero entre los dos más votados. Portugal ha aumentado el número de centros de votación y permitido el voto anticipado para reducir las aglomeraciones el día de los comicios.
Portugal tiene la tasa más alta de nuevos contagios y muertes diarios, según los datos de la Universidad Johns Hopkins, y el sistema público de salud sufre una enorme presión.
Con el país en cuarentena, la campaña electoral se celebró sin los habituales mítines salpicados de banderas ni otros actos públicos, aunque se levantaron las restricciones a los desplazamientos para el día de las elecciones. Se pidió a los votantes que llevaran su propio bolígrafo y desinfectante a los centros de votación.
Entre los seis aspirantes a la presidencia, el populista André Ventura ha llamado la atención como el primer extremista que se abre paso hasta la primera línea de la política convencional portuguesa. Ventura, de 37 años, podría llegar a quedar segundo, probablemente muy por debajo de Rebelo de Sousa pero con un nivel de apoyo impensable hasta hace poco. Esa novedad ha trastocado la política nacional.
Rebelo de Sousa, exlíder del Partido Socialdemócrata de centroderecha, ha trabajado de cerca con el gobierno socialista en minoría, respaldando su gestión de la pandemia. También se ha ganado a los portugueses con su estilo cercano. A menudo se hacen virales fotos suyas en espacios públicos tomadas por la gente, como una el año pasado en la que se le veía haciendo fila en un supermercado, con calzado deportivo y pantalones cortos.
Portugal tiene 10,8 millones de votantes registrados, de los que unos 1,5 millones viven en el extranjero. El domingo por la noche se publicarían sondeos de salida, y se esperaba que a media noche se conocieran la mayoría de los resultados.
Todos los presidentes portugueses desde 1976, cuando se instauró el sufragio universal tras una dictadura, ha obtenido un segundo mandato. Ninguna mujer ni miembro de una minoría ha ocupado el puesto.