Fuerzas de Guatemala rocían gas lacrimógeno a migrantes

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VADO HONDO, Guatemala (AP) — La policía y soldados guatemaltecos rociaron gas lacrimógeno y utilizaron sus garrotes y escudos el domingo sobre un grupo de migrantes hondureños que intentaba cruzar su bloqueo vial.

Un grupo de aproximadamente 2.000 migrantes se quedó a poca distancia del bloqueo la noche previa. Éste fue montado estratégicamente en un cuello de botella en la carretera de dos carriles hacia Chiquimula, en un área conocida como Vado Hondo que está flanqueada por una elevada ladera y un muro, lo que deja pocas opciones de cruce para los migrantes.

Unos 100 de ellos intentaron abrirse paso a través de las autoridades el domingo aproximadamente a las 7:30 de la mañana. Las fuerzas de seguridad los golpearon y rociaron gas lacrimógeno para hacerlos retroceder. Ninguno logró pasar y el resto del contingente guardó su distancia durante el enfrentamiento.

Algunos migrantes estaban visiblemente lesionados por golpes de garrotes. Un hombre, quien no dio su nombre, se reclinó contra un muro cerca de la policía con un vendaje en la cabeza.

“Me golpearon la cabeza”, dijo. “Yo no vine con la intención de buscar problemas con nadie. Somos hermanos, somos centroamericanos. No buscamos problemas. Nuestra intención es sólo pasar”.

Después, cientos de migrantes se sentaron en la carretera, se rehusaron a irse e insistieron que les permitieran pasar, diciéndoles a los soldados que eran sus hermanos centroamericanos.

Leila Rodríguez, de la oficina de derechos humanos de Guatemala, conversó con los migrantes, reconociendo que “es un momento bastante consternante que estamos viviendo".

“Queremos entablar un diálogo con ustedes para pedirles por favor que ustedes accedan a algunas necesidades que en este momento la población guatemalteca está manifestando”, dijo Rodríguez, al parecer en referencia a la negativa del presidente Alejandro Giammatei de permitir el tránsito de las caravanas por temor a que pudieran propagar el COVID-19.

Algunos de los migrantes usaban mascarillas, otros no, pero había poco distanciamiento social entre ellos. Pocos tenían las pruebas negativas de COVID-19 que Guatemala requiere para las personas que ingresan al país.

Conforme el estancamiento en la frontera se alargaba a casi 24 horas, algunos migrantes, como Ismael Eliazar, de Choloma, Honduras, yacían sobre el césped al lado de la carretera.

“Hemos tenido pura agua, hasta las tripas me chillan”, se quejó Eliazar.

Refiriéndose a los daños causados por los dos grandes huracanes que azotaron la localidad donde vive cerca de San Pedro Sula en noviembre, Eliazar dijo que “allí hasta puro lodo se mira todavía, nos cayó todo, perdimos todo”.

La policía y soldados guatemaltecos habían bloqueado parte de la caravana de hasta 9.000 migrantes hondureños el sábado por la noche en un sitio no lejos de donde entraron al país, en su intento por llegar a Estados Unidos.

Los soldados y la policía antimotines — unos 450 en total — se formaron para impedir el paso por la carretera. El Instituto Guatemalteco de Migración difundió un video en el que puede verse a unos doscientos hombres forcejeando con soldados, corriendo y abriéndose paso entre sus filas, incluso cuando los efectivos lograron contener a cientos más la noche del sábado.

Giammattei emitió un comunicado el sábado solicitando a las autoridades hondureñas “contener la salida masiva de sus habitantes”. El viernes, los migrantes ingresaron a Guatemala tras rebasar a unos 2.000 policías y soldados en la frontera. La mayoría entró sin mostrar su prueba negativa de coronavirus, como lo exige el país.

“El gobierno de Guatemala lamenta la transgresión a la soberanía nacional y hace un llamado a los gobiernos del Istmo centroamericano a tomar las acciones correspondientes para evitar poner en riesgo a sus habitantes ante el riesgo sanitario derivado de la pandemia del COVID-19, así como a las comunidades por donde estas personas transitan”, se lee en el comunicado.

Guatemala ha instalado casi una docena de retenes en carreteras y podría comenzar a devolver a más migrantes a Honduras, como lo ha hecho antes, argumentando que representan un riesgo para ellos mismos y otros al viajar durante la pandemia de coronavirus.

Los gobiernos de la región han dejado claro que no permitirán el paso de la caravana.

México montó una campaña de disuasión en su frontera sur, circulando videos y fotos de miles de miembros de la Guardia Nacional y agentes de inmigración preparándose en caso de que los migrantes lograran cruzar Guatemala.

La Secretaria de Relaciones Exteriores de México elogió el sábado el proceder del gobierno guatemalteco en un comunicado.

“El gobierno de México reconoce la destacada labor del gobierno de Guatemala, que ha actuado de manera firme y responsable en la atención integral de los contingentes de migrantes que vulneraron su soberanía”, se afirma en el texto.

“México hace un llamado a los países de la región para aplicar de manera responsable los protocolos migratorios y sanitarios localmente establecidos, a fin de evitar riesgos sanitarios derivados de la pandemia de COVID-19 para las personas migrantes y la población de las comunidades de tránsito”, agrega.

Honduras ha sido muy afectada por la pandemia de COVID-19 y los huracanes que azotaron al país en noviembre, causando estragos en sus regiones del norte, las más productivas. Muchos de los migrantes están esperanzados en recibir una recepción más cálida en Estados Unidos por parte del próximo gobierno del presidente electo Joe Biden, que será investido el miércoles.

Hasta el momento, el equipo de Biden ha indicado que el gobierno entrante no hará cambios inmediatos a las políticas en vigor en la frontera estadounidense con México.

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El periodista de The Associated Press Christopher Sherman en la Ciudad de México contribuyó a este despacho.

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